Los Príncipes de Asturias inauguran un centro del Instituto Cervantes en Sofía

El Príncipe de Asturias ha dicho hoy, al inaugurar el Instituto Cervantes en Sofía, que en este centro se podrán aprender todas las lenguas de España, "reflejo de la rica y variada realidad idiomática y cultural de nuestra nación". Los Príncipes, Don Felipe y Doña Letizia, acompañados por el jefe del Estado de Bulgaria, Georgi Parvanov, presidieron la apertura del centro que comienza su andadura en un país con menos de ocho millones de habitantes de los que 60.000 hablan ya español y más de 30.000 lo estudian.

En las palabras que ha pronunciado el Heredero de la Corona española en el acto inaugural recordó el fuerte desarrollo de las relaciones bilaterales, la próxima adhesión del país anfitrión a la Unión Europea y a los emigrantes búlgaros que se instalan en España. "Llegan a una nación- añadía Don Felipe en referencia a los más de cien mil búlgaros que viven en España- abierta y dinámica, que desea que encuentren las espectativas que buscan", porque "les ofrece un vínculo singular y lleno de oportunidades entre Europa y América".

El Príncipe destacaba que el Cervantes permitirá a los búlgaros conocer mejor España y su lengua, que se habla en 20 países y que está creciendo "como vehículo de comunicación internacional". Tuvo también unas palabras para los sefardíes, que llegaron aquí desde España a finales del siglo XV y que han sido uno de los núcleos que más han contribuido a la difusión del español en Bulgaria.

El presidente del país balcánico intervino también en el acto para subrayar que el Instituto "hace realidad un sueño que tienen generaciones de búlgaros desde hace décadas por la magia de la lengua y la cultura española". Parvanov manifestaba que esta primera visita de los Príncipes de Asturias a Bulgaria "es una prueba elocuente de unas relaciones intensas y fructíferas" entre los dos países, especialmente en los últimos años. El mandatario agradeció el apoyo del Gobierno español y de la Familia Real en la difusión del español y recordó la segunda visita de Estado de los Reyes a Bulgaria en 2003.

Biblioteca 'Sergio Pitol'

El director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, se ha referido asimismo a la gran difusión del español que hablan ya 500 millones de personas en el mundo y que se ha convertido en la segunda lengua de comunicación internacional. Molina comentaba que el último Premio Cervantes, el escritor mexicano Sergio Pitol, cuyo nombre lleva la biblioteca de la nueva sede del Instituto en Sofía, ha estado siempre muy vinculado al mundo eslavo por su carrera diplomática y sus traducciones.

Pitol, que estuvo en la inauguración, recibió a los Príncipes en la biblioteca y pronunció unas palabras en las que dijo que el "libro hace al hombre libre" y que si el ser humano no hubiera inventado la escritura seguiría todavía en las cavernas. En opinión de Pitol, el libro es el camino de la salvación y una sociedad sin ellos "sería ciega y sorda".

Los Príncipes, acompañados de Parvanov, de la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, del embajador de España, Fernando Arias, y de otras autoridades locales, después de visitar la biblioteca, descubrieron una placa conmemorativa de la apertura del Instituto Cervantes. Durante su estancia en la sede de Sofía, cuya directora es Luisa Fernanda Garrido, los Príncipes visitaron la exposición Destino Santiago, con obras del Centro Gallego de Arte Contemporáneo, dado que Galicia es la protagonista de la semana inaugural.

El nuevo Instituto desarrollará una serie de actividades culturales esta semana en las que participarán los escritores españoles Enrique Vila-Matas, Juan Antonio Masoliver, Cristina Fernández Cubas y Andrés Barba, así como los autores mexicanos Jordi Soler y Alberto Ruy Sánchez, que también estuvieron hoy en la inauguración. Antes de salir hacia el aeropuerto para viajar a Madrid a primera hora de la tarde, los Príncipes se han acercado también hasta el monumento al Soldado Desconocido, en donde han hecho una ofrenda floral con los colores de la bandera de España, un gesto de respeto reservado habitualmente para los jefes de Estado.