Condenados de antemano

Celebramos con muchísima ilusión el ascenso de nuestro Cádiz a Primera División. Pero he aquí que mientras lo celebrábamos, en otro lugar de nuestro país, parece ser que los árbitros españoles junto con el famoso linier, el señor Rafa Guerrero, ya nos condenaban a segunda, pues no hay partido que no nos quiten un gol o nos piten un penalti en contra, con el consiguiente perjuicio para nuestras aspiraciones.

¿Por qué tenemos que ser siempre los humildes los que tenemos que sufrir el protagonismo de unos señores que salen inmunes de las faltas que ellos cometen? ¿Por qué el Comité actúa de oficio en una jugada que no ha castigado un trencilla y no hace nada ante actuaciones como, por ejemplo, la ofrecida en una jugada tan clara como el gol de Medina ante el Villarreal que nos lo anula?

Por qué, pues porque el partido estaba llegando al final y el señor Guerrero aún no había sido protagonista y, claro, él no se podía marchar sin hacerse notar.

¿Cómo puede este hombre jugar con la ilusión de tanta gente, ya sea contra nuestro equipo o en cualquier otro partido? ¿Por qué sigue este hombre pitando desde la banda después de estos protagonismos? Tanto a los árbitros como a los asistentes, ¿no hay quien les saque tarjeta?

Se está hablando mucho en los últimos tiempos de violencia en el fútbol. Y yo pregunto: ¿No creen ustedes que parte de culpa de esa violencia la tienen los señores trencillas?

¿Creen ustedes que al señor Guerrero cuando vuelva a venir a Cádiz le vamos a invitar a pescaíto frito? Con esto no quiero incitar a la violencia, tampoco somos una afición violenta ni mucho menos, sabemos sufrir sin agredir, y lo hemos demostrado muchas veces.

Señores árbitros, de humanos es equivocarse y se admite a veces, pero ser protagonista en cada partido a posta, no es equivocarse, es querer ser el centro de atención y que se hable de ustedes más que de fútbol en toda la semana. Tanto es así que se habla más del protagonismo del señor Guerrero que del golazo de David Villa al Dépor.

Para ser famoso, señor Guerrero, váyase usted a un programa de televisión, como hizo un colega suyo y así acaparará toda la atención y chupará cámara y deje ya de ser protagonista en los campos de fútbol, sea usted humilde también.

En fin, seguiremos sufriendo porque si no es el señor Guerrero será el señor X que más da quién sea, ya decidieron condenarnos, y contra eso sólo me queda decir que estos señores no sacarán de sus casillas a esta afición en el campo. Aunque nos duele lo que nos hacen, sufrimos y nos quedamos quietos porque por encima de todo queremos a nuestro Cádiz. ¿Ese Cádiz oé!

Antonio M. Hernández. Barbate