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Autores gaditanos

JUANA SÁNCHEZ-GEY VENEGAS/
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No es difícil hablar de María Zambrano en Cádiz. Aún menos si conocemos a un profesor, que nació aquí y se formó en La Mirandilla, en el Instituto Columela y comenzó su carrera de Filosofía y Letras en aquel Colegio Universitario que miraba a La Caleta. Luis Miguel Pino Campos aprendió su amor a los clásicos entre estas murallas, por eso puede hablar de raíces, de raíces grecolatinas y de raíces filosóficas.

En un bello y magno libro que acaba de publicar la universidad de La Laguna -de la que es profesor- se ocupa, como viene haciendo desde hace varios años, de la filósofa andaluza Estudios sobre María Zambrano: el magisterio de Ortega y las raíces grecolatinas de su filosofía; pero además el prólogo de esta obra lo escribe el catedrático de la universidad de Málaga y director de la Fundación María Zambrano, Juan Fernando Ortega Múñoz. Muchos recordarán que este maestro de la filosofía que recuperó la obra de Zambrano, en los tiempos que era una gran desconocida, fue profesor de Instituto en San Fernando al comienzo de los años 70 y se siente de Cádiz, porque lo son su mujer y algunos de sus hijos.

En ambos autores gaditanos se observa fácilmente que unen a su saber la modestia, signo de verdadera sabiduría, y su afán por mostrar que la verdadera cultura orienta nuestras vidas. Así, Juan Fernando Ortega Múñoz recoge el sentir zambraniano de su filosofía como búsqueda: «una penumbra tocada de alegría» para encontrar «la palabra perdida, la palabra única, secreto del amor divino-humano» y Luis Miguel Pino confiesa que «Zambrano ha profundizado en los orígenes del filosofar y del quehacer poético, con el fin de encontrar en la pureza de ambas actividades una alternativa plausible, aceptable, redentora para el hombre actual y que permita su convivencia sin tanta violencia».

Parece, como dijera el maestro de Zambrano, -y del pensamiento occidental-, San Agustín «que cuando uno busca ya lo ha encontrado»; y es así pues estos autores gaditanos encuentran lo que ellos conocen en el esfuerzo diario de sus vidas: que el pensar transforma el vivir y lo hace más cercano y compasivo, porque la razón humana es creadora, poética, llena de sentir y padecer, confluencia de mente y corazón. Por ello, Luis Miguel Pino defiende que Zambrano escribió filosofía con contenido reflexivo, literario y místico. El pensamiento y la literatura constituyen la esencia de esta reflexión que busca en los orígenes de la cultura grecolatina la salida a muchos problemas vitales del hombre de su tiempo. La «razón poética» es un pensar nuevo que mediará entre lo divino y lo humano y permitirá un saber y vivir mejor.

Cádiz le enseñó a Luis Miguel Pino, profesor de griego, que las ruinas dan cuenta de un pasado que proyecta un amplio saber, por ello ha sabido adentrarse también en la filosofía. Y otro gaditano, José Luis Sánchez Parodi, juez, y que es también hombre de profundos conocimientos, le descubre avatares familiares de la pensadora. Y Luis Miguel Pino ha escrito sobre ello con valentía y honestidad En torno a la biografía de María Zambrano: precisiones y testimonios porque hay una familia legítima gaditana que merece todos los respetos; a más de dedicarle muchas horas de esfuerzo pues Luis Miguel Pino considera que la obra de María Zambrano comporta «un mensaje de optimismo y transmite una esperanza de un futuro mejor».

En la cercanía de estos autores gaditanos y en la sabiduría de su quehacer, como decían los griegos, nos deleitamos.