La falta de aparcamientos colapsa a diario los accesos a la oficina de la Tesorería
Su nueva ubicación, «muy escondida», provoca quejas tras sólo dos meses abierta al público
Actualizado: GuardarPese a que el pasado 16 de enero el Ministro de Trabajo, Jesús Caldera, tuvo que cancelar su visita inaugural a las instalaciones de la flamante Oficina Integral de la Seguridad Social de Chiclana ubicada en la calle Hoyo del Membrillo por la niebla que impidió el aterrizaje del avión, los usuarios llevan utilizando desde hace poco menos de dos meses unas dependencias que no han tardado en recibir las primeras críticas.
Así, la ubicación «un poco escondida» y la «falta de aparcamiento en la zona» son dos de los principales peros que los usuarios de esta administración le ponen desde que se abriera al público en la zona de La Banda. Ambos problemas parecen además ser crónicos desde su puesta de largo. La política de descentralización de los servicios públicos del equipo de Gobierno municipal llevó al Ayuntamiento a ceder una parcela en la calle Hoyo del Membrillo, esquina con calle Olivo, que para muchos no reúne las condiciones necesarias en un entorno antiguo para acoger unas dependencias con la estética y funcionalidad modernas de éste.
«El sitio donde han puesto la oficina está muy escondido y es muy difícil llegar hasta aquí», observa María López, una de las usuarios que hace unos días se acercaba a la Tesorería a realizar un trámite administrativo. De la misma forma piensan decenas de ciudadanos procedentes de localidades vecinas como Barbate o Conil, que deben acudir a estas oficinas de manera periódica para tramitar documentación relativa a su historial laboral, altas o bajas.
Pero no sólo mal ubicada. También carente de zona de aparcamiento accesible en los alrededores; así al menos lo confirman José Rodríguez y Begoña Sánchez, que confirman a LA VOZ la opinión generalizada de quienes acuden hasta la Oficina Integral de la Tesorería de la Seguridad Social en su vehículo particular.
«Sólo hay que ver que la mayoría de la gente aparca un momentito fuera y entra, con lo que se forma una monumental», añade Roberto, otro de los usuarios de las oficinas recién trasladadas que espera que «alguien haga algo, porque los vecinos de la zona deben estar desesperados».
Desde esa óptica, también los vecinos de las calles adyacentes han mostrado su indignación con el «caos que se organiza aquí todas las mañanas». Aunque en un principio consideraron que la apuesta por la zona de La Banda para instalar administraciones públicas les sería favorable, los comercios de la zona muestran desde el anonimato pruebas de su descontento; «aquí ahora no podemos ni movernos», apunta María, una de las vecinas de las oficinas que argumenta que no para de ver coches tratando de aparcar en el vado que posee el garaje «donde mi marido guarda la moto».
Esta opinión se refuerza con la de su vecina de al lado, que zanja la conversación con un rotundo «esta oficina no pega aquí».