Al ministro de Defensa
Actualizado:Desde que se unificaron los tres ministerios militares en el de Defensa, y ante la triste actuación de sus diversos ocupantes, que han hecho bueno al anterior, han conseguido que les sea aplicable por sus resultados el dicho circense «más difícil todavía».
Señor Bono, sus actuaciones han superado con creces a las de sus predecesores hasta límites que tienden al infinito, consiguiendo que la familia militar, siempre en respetuoso silencio, se vea obligada a efectuar declaraciones, en algunos casos copiadas de las suyas, hartos de tanto desatino como el de jugar, por mantener parcelas de poder, con cosas tan sagradas como el concepto de España.
Dada su incontinencia verbal, su gran demagogia y su exagerado afán de protagonismo, ha conseguido, en poco tiempo, indignarnos, ya que su talante parece ser el de sembrar el odio con palabras suaves. Analicemos algunas de sus actuaciones.
Nada más estrenar su cargo, ordena la vergonzosa retirada de las tropas de Irak, que se ven obligadas a abandonar sus puestos, entre plumas de gallina lanzadas por sus compañeros de otras naciones, pasando usted a auto condecorarse ante tal proeza, para renunciar a los pocos días. Acto seguido, le sale la vena escatológica, desenterrando a los militares muertos en acto de servicio durante el gobierno anterior, enterrando en el olvido a los que dieron su vida por España durante su mandato.
Siguiendo las pautas ordenadas por el aspirante a régulo de la pretendida taifa Catalana, ordena retirar de un acuartelamiento las palabras «A España servir hasta morir», palabras a las que durante siglos fueron fieles muchos españoles para forjar y engrandecer nuestra Patria.
Otra de sus aficiones es la de cambiar la letra a algunos himnos militares, himnos que forman parte de una gloriosa tradición transmitidos de padres a hijos, efectuando un daño tan inconsciente como innecesario.
El ver como en determinadas regiones no sólo no ondee la bandera nacional, sino que se la queme e insulte, ante la pasividad y amparo del Gobierno.
No, señor Bono, los hechos protagonizados últimamente por algunos jefes militares, no son sucesos aislados, es el sentir de muchos españoles, que estamos dolorosamente hartos de que se juegue con nuestra patria. El honor, señor ministro, está por encima de la disciplina, cosa que supongo aprendió en los cursos de la Guardia de Franco, que según dicen estudió e impartió con gran entusiasmo.
Por último, recordarle unas palabras de un ilustre socialista, Don Julián Besteiro, dichas en 1939, y que como buen socialista de toda la vida, supongo tendrá en cuenta «cuando el Gobierno se desintegra, corresponde al Ejército el ejercicio del poder». Lo dijo él, no yo.
José Mª Ferragut. Las Palmas