ESPAÑA

Piqué prevé la coincidencia con los socialistas en algún artículo del texto catalán y Zaplana le desmiente otra vez

Rajoy dice que la tramitación en la Comisión Constitucional supondrá «el inicio de un profundo desacuerdo»

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Josep Piqué reconoció que el PP puede coincidir con los socialistas en algunos apartados del proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña, en concreto, el artículo primero, que define a esa comunidad como una nacionalidad. Una opinión desmentida poco después por el portavoz popular en el Congreso, quien señaló que «el problema no es de un artículo, de dos o de 12» sino «de conjunto» ya que el texto es «una catástrofe».

El presidente del PP catalán afirmó en la televisión autonómica de Madrid que si la reforma estatutaria mantiene que Cataluña es una nacionalidad, como figura en el texto vigente desde 1979 y como rezaba la enmienda que presentaron los populares en el Parlamento autonómico, no tendrán «más remedio que estar a favor» porque recoge la postura defendida por su partido y sería lo coherente. De todos modos, precisó que la postura final se adoptará una vez que concluya el debate en la Comisión Constitucional.

En el acuerdo alcanzado entre el presidente del Gobierno y el líder de CiU el pasado 21 de enero se suprimió el artículo uno que definía a Cataluña como una nación y se incorporó ese mismo artículo del Estatuto en vigor, que dice que «Cataluña, como nacionalidad y para acceder al autogobierno, se constituye en comunidad autónoma». Precisamente ésta es la redacción que recoge una de las enmiendas del PP por lo que parece lógico que salga adelante esta propuesta ya que el PSOE sólo ha presentado una propuesta de supresión del texto aprobado por el Parlamento de Cataluña.

Discrepancias

Las discrepancias surgirán a la hora de abordar el preámbulo puesto que el texto pactado por el PSOE y sus socios menciona el polémico término de nación. La redacción determina que «el Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de ciudadanas y ciudadanos catalanes, ha definido, de forma ampliamente mayoritaria, a Cataluña como una nación».

Piqué reconoció que sus opiniones sobre la reforma estatutaria le han acarreado «ciertos líos» internos en su partido, pero indicó que en lo sustancial el rechazo al proyecto estatutario es de «todos, yo el primero», en el PP. Corroboró que los argumentos de Mariano Rajoy contrarios a la iniciativa aprobada por el Parlamento de Cataluña son «válidos», aunque reclamó huir del debate territorial porque tendría efectos «pésimos» para España.

Eduardo Zaplana enmendó la plana a su correligionario y descartó que vaya a haber apoyos parciales a la reforma porque «el problema» no es de uno u otro artículo sino global. «El PP -añadió- se opondrá al texto siempre que siga con los vicios de procedimiento y de fondo, no es cuestión de articulado».

No es probable que en esta ocasión la disparidad de criterios entre Piqué y Zaplana motive un nuevo conflicto interno en el PP porque el partido opositor cerró filas tras las recientes desavenencias surgidas entre el líder de los populares catalanes y el secretario general, Ángel Acebes. De hecho, será el político catalán quien defienda las tesis de su partido en la ponencia que empezará a trabajar el próximo viernes, a puerta cerrada.

Este procedimiento, que se puso en marcha el pasado lunes en la Comisión Constitucional será «el inicio de un profundo desacuerdo», según Rajoy, que mostró su inquietud ante el anuncio del líder de CiU de que este estatuto es sólo una primera etapa para alcanzar sus objetivos.

Rajoy, con las firmas

En un mitin con militantes de Móstoles donde continuó su campaña para la recogida de firmas a favor del referéndum sobre el estatuto, el líder de la oposición auguró que los nacionalistas continuarán con sus exigencias de un mayor autogobierno para Cataluña e insinuó que la reforma traerá problemas de aplicación que se verá obligado a dirimir el Tribunal Constitucional. «Van a continuar las reivindicaciones y los desencuentros», dijo y adelantó que socialistas y nacionalistas «van a redactar un texto que traerá un sinfín de reivindicaciones».

Rajoy anunció que seguirá recogiendo firmas y aseguró que el PSOE protagonizó una iniciativa similar en los años ochenta. «Voy a seguir pidiendo firmas», dijo, «las pidieron ellos en el 81 con lo de la OTAN», afirmó en referencia al rechazo de la oposición socialista a la integración de España en la Alianza Atlántica.