Justicia e impotencia
Actualizado: GuardarOé, oé, oé, oé. ¿Hemos ganado un recurso! El Cádiz, por fin, ha conseguido que le retiren una tarjeta amarilla a un jugador en los despachos, algo que hasta ahora se antojaba más complicado que ganar en el mismísimo Camp Nou.
Desde aquí nuestra más cordial enhorabuena a los servicios jurídicos del club, a los que por cierto no vamos a cobrar nada por nuestra foto de portada del lunes, que ha resultado ser una de las pruebas claves aportadas en el recurso. Nosotros somos así de detallistas, mirando siempre por el bien de la entidad. Por favor, faltaría más.
La verdad es que el Comité no ha hecho más que ratificar lo que ya vimos todos el domingo, salvo, eso sí, el patético linier Rafa Guerrero.
Porque esa es la segunda parte del problema. Y es que me encantaría saber qué clase de castigo se la va a dar a un lamentable árbitro asistente, o como puñetas se llame, que no es que no vea una patada o un fuera de juego. No. Es que se inventa algo que no existe. Eso no es ser mal árbitro, eso es ser tendencioso, ir predispuesto. Fijo que, durante el recreo del colegio en el que trabaja, se tragó grabado el Málaga-Cádiz y, tras ver el gol de Medina, pensó: «Conmigo la llevas clara cuando me toque arbitrarte, me he quedado con tu cara», o algo así.
Lamentablemente está claro que no va a haber castigo para él. Al menos a corto plazo. Esta temporada seguirá pavoneándose por los campos de España pensando que es el rey del mambo, cuando no es más que un friqui, a la altura del mismísimo Pozí, el Risitas o Carmen de Mairena.
Y todavía hay una tercera parte en toda esta historia. Si no hay tarjeta es que no fue mano, entonces fue gol, por tanto el Cádiz ganó... ¿Y los puntos? ¿Qué pasa con ellos? ¿Y si al final el Cádiz baja por un punto de diferencia?
Ay, Rafa de las narices. Por favor, haznos un favor a todos y dedícate a tu colegio, a vigilar el recreo, que los niños se están peleando. Deja el fútbol para los que saben.