La invasión de los paburrís
Actualizado: GuardarAl parecer el famoso corista Juan Antonio Lamas está siendo objeto de un estudio por parte de un consorcio de varias farmacéuticas que proyectan, dado el éxito obtenido en el Teatro Falla, el lanzamiento de un compandi con los 10 mejores popurrís para dormirse cantados en el 2006. La cata estudiosa que está haciendo este grupo de empresas ha permitido comprobar que particularmente en el caso de las comparsas hay popurrís que logran dejar sopa al 67% de los que la escuchan en menos de 20 segundos. El resto alcanza el nirvana en el primer minuto.
La proliferación de los paburrís este año en el escenario del Falla es pavorosa. Excepto un grupo de no más de 10 chirigotas y un par de coros, el resto de los popurrís ha sido tan soporífero que hasta Picasso le hubiera dado tiempo a pintar un cuadro del aburrimiento acumulado.
Tal es la cosa que los popurrís de Cádiz podrían robarle su protagonismo a las nanas para dormir no sólo a niños sino a mayores y hasta animales de cuatro patas, dado su efecto vasodilatador.
El más indicado para estos tratamientos somníferos es el tipo poético manontropo, es decir, el que suelta poesías una detrás de otra a ritmo de música de cómo de convento pero en guayominí.
Igor Lasmuelas, product manager de Investigaciones del Sueño en Clases Pasivas SA, señala que tras el estudio que está haciendo ha visto que existe un popurrí perfecto para dormirse: Suele empezar con un uh, uh, uh, uh, a media voz y con fondo de guitarra. «Lo del fondo de guitarra es muy importante porque al tío le recuerda la niñez y ya empieza a doblar el cuello que es la mejor prueba de que la cosa marcha bien».
Después de los uh,uh,uh, es muy recomendable hacer mención a un amanecer. Bien sea el amanecer tipo estándar, el de la playa de La Caleta, con ronroneo de barquitas y caballas en semivuelo sirviendo con sus chapoteos de ritmo acompañante, o también el que ahora se está imponiendo con mucho éxito que es el amanecer en los terrenos ociosos de Astilleros con poéticas alusiones a los pórticos.
Es el momento entonces para un cambio de ritmo, muy leve, pasando a alegro pizzicato. Se puede aludir entonces a la historia de Cádiz. Por lo visto sólo hay un esquimal y un negro bantú en el mundo que no saben que el paraíso del jubilado tiene 3000 años, pero a nosotros nos da igual, lo repetimos todos los años. Lasmuelas señala que el toque histórico es muy beneficioso para el sueño, sobre todo si hay una alusión a algún personaje histórico como el faraón Mentujotec, Columela, que tiene calle en Cádiz, Marco Antonio, que no la tiene, o Vicky el Vickingo. Esto fomenta que el primer sueño del bello durmiente sea agradable y le haga, por ejemplo, convertirse en Mentujotec luchando contra la cruel reina Neferchichi, que se bañaba todas las mañanas en manteca colorá para conservar su belleza...Era de Chiclana.
Ahora, tras el toque histórico, es el momento para el famoso sólo flamenquito. Ese momento en que el comparsista baritono o flamenquito de la agrupación se adelanta, baja la cabeza, abre los brazos como Moisés antes de abrir las aguas y, ¡ji! Se tira una copla, preferentemente con quejio flamenco. El sólo de mitad de paburrí es bueno que sea dedicado a la gaditana. Tienes los ojos como dos Land Rover cruzando por el desierto o tus labios son como la entrada del Aquapark o un piropo más imaginativo, niña tienes la cara, ay, ay, ay (quejio largo) para quitarte todo el peaje de la A-4. Aquí Las Muelas considera interesante incluso poner algún toque de modernidad y relacionar el piropo con la actualidad. Para que pase mi niña por la calle Nueva, también quiero que le quiten todos los alcorques y las farolas también, que ella le gusta caminar a media luz porque le da corte o un piropo acuático: «Niña tienes mejor figura que el nuevo catamarán de la Bahía».
Es fundamental terminar con los brazos en alto, un golpe de tacón o de pecho y una mirada, rápida eso sí, al palco de las ninfas ya que surge fácilmente la ovación. Después con técnicas digitales se suaviza el aplauso para no perturbar el sueño.
Es momento para un cambio de ritmo y el toque correspondiente de lloriqueo. ¿Cádiz que te están haciendo? se pregunta la comparsa, que ha sido de tus muelles de tus Astilleros, de la fábrica Tabaco, porque en la plaza no se encuentra confit de pato, que te pasa Cádiz que estás perdiendo hasta el brillo de la urna del Santo Entierro. Conviene aquí pararse para quejarse de los políticos, atención, aclarando eso sí, «que yo no tengo color». Lo más habitual es decir que son unos mangantes, tiene fácil rima y consigue ovaciones, aunque podría ser un gran efecto acusarlos de prevaricación, que eso sería un toque de originalidad.
Y ya se pasa a la apoteosis. Aquí lo más premiado es decir Cádiz, cuna de la libertad, sábana de la paz y almohada del libre pensamiento...pero como siga perdiendo población te va a comé un pimiento. En este momento hay que empezar a pegar bombazos gordos para que la gente se vaya despertando y acercarse a la punta del escenario, como si los comparsistas se fueran a tirar por las murallas de La Alameda. Brazos en alto, Cádiz te quiero, Cádiz te adoro...como la salsa del pomodoro y dos o tres traralalás para retirarse. Qué escándalo, quillo, y ocho minutos de sueño.