Adiós a la Cuesta de la Mariscala
Trebujena y Arcos esperan con ansiedad el fin de las obras
Actualizado: GuardarC uando acaben las obras, la diferencia de tiempo será abismal». Las palabras de Manuel González, el presidente de la Asociación de Empresarios y Comerciantes de Trebujena, expresan la ilusión de los 7.000 habitantes esta localidad del Bajo Guadalquivir, cuyo principal nexo con la provincia era hasta el momento una carretera que casi no había recibido inversión alguna desde su construcción, allá por el año 1934, en plena II República.
«Con la carretera antigua, tardábamos veinticinco minutos y más si había camiones, y ahora nos han dicho que no pasará de los diez o los doce minutos», destaca González, que subraya que esta vía de comunicación «es muy importante, no sólo para Trebujena, sino también para pueblos como Lebrija o Las Cabezas».
Estos datos se corroboran con el tráfico que soportaba la carretera antes de ser remodelada, por la que transitaban una media de 2.000 vehículos diarios. La explicación radica en que este itinerario es prácticamente igual en kilometraje a la N-IV, sirviendo de alternativa para una vía normalmente atestada de vehículos pesados.
La nueva carretera no sólo supondrá un impulso económico, sino que también ayudará a mejorar el sueño de muchas familias del pueblo, con miembros que trabajan en la administración y que deben desplazarse diariamente para llegar a su puesto de trabajo. «Hay que tener en cuenta que en Trebujena puede haber 2.000 personas viviendo de la sanidad, las cuales se pasan todo el día en la carretera», señala González.
El nuevo trazado obviará algunos de los puntos negros más famosos de la provincia, como la Cuesta de la Mariscala, situada a la salida de la travesía de la pedanía jerezana de las Mesas de Asta. Con más de un 6% de pendiente, llegó a ser incluso punto de paso de una etapa de la Vuelta a España, aunque es más famosa por su larga recta acabada en una pronunciada curva, que invitaba a los no iniciados a alcanzar velocidades que les llevaban directamente a la cuneta.
«El pueblo es un caos»
Con igual o superior expectación, ansían en Arcos la finalización de la A-382. «El caos del tráfico está pesando en el turismo», manifiesta el presidente de la Unión de Empresarios de Arcos, Diego Medina. «En hora punta, se puede tardar hora y media en atravesar Arcos y eso ahuyenta a los turistas», insiste Medina. «Cuando abran la variante, mejorará la situación porque el colapso actual es monumental», subraya el presidente de la patronal arcense, que confía en que la autovía no se retrase.