Moralo
Actualizado: GuardarEl Moralo es el equipo de fútbol de un pueblo llamado Naval Moral de la Mata. Y ni allí tiene la importancia que tiene aquí. Supongo que en todos los bares de ese pueblo se hablará más del Real Madrid y del Barcelona que de su propio equipo, normal. Lo que no se pueden ni imaginar es que su equipo tenga tanta importancia en Cádiz. Estoy seguro que el alcalde del pueblo nos hacía un homenaje, declaraba un día al cadismo o le ponía el nombre a la única plazoleta que hay en el pueblo, si lee un día la prensa gaditana. Porque aquí ese equipo ha marcado un antes y un después. Yo no me acuerdo ni de qué color era su camiseta. Yo no me acuerdo ni cómo quedamos. Yo, por mi madre, que no me acuerdo ni cuántas veces hemos jugado ante ellos. Y me da hasta vergüenza porque parece que no soy del Cádiz si no estuve allí. Si un futbolista jugó el partidazo contra el Moralo se ha ganado su retiro en Cádiz. Nunca se para de repetir ese partido como un sello del cadismo, o sea si yo no pude ir porque tenía cagalera ya no soy del Cádiz. La gente está como una cabra. Veo a periodistas recordar ese partido como una fecha clave en nuestra historia, cuando en verdad lo que debería ser es un borrón. Leí hace poco «este futbolista que jugó contra el Moralo se merece algo más». ¿¿Que pasa!! Según esta teoría todavía debería estar en nómina Machicha. De verdad, es que nos estamos volviendo tontos. Está claro que hay que premiar la fidelidad a nuestros colores, con eso se nace. Pero los futbolistas son profesionales, para lo bueno y para lo malo. Un jugador del Cádiz besa nuestro escudo cuando se le paga. Un futbolista del Cádiz jugó contra el Moralo porque se le pagaba, si a ese mismo futbolista el Moralo le paga el doble le da el beso a su escudo. Entendedme no es que sean falsos, es que esta es su profesión, son unos profesionales. Los únicos que sólo le dan besos al escudo del Cádiz sin oficio y sin beneficio somos nosotros, los cadistas. Y nos vamos a encargar de no jugar nunca más contra el Moralo. Sus muertos el que no.