Panteón, claustro y antiguo penal
Actualizado: GuardarLas paredes del Monasterio de la Victoria rezuman historia de El Puerto. La construcción de este edificio comenzó en 1504, y en 1517 se entregó a los Mínimos de San Francisco, unos frailes que gozaban a principios del siglo XVI de grandes privilegios. Pero, desde que se fundó, el inmueble ha pasado por multitud de vicisitudes y usos dispares. Su primer destino, y continuando con el corte burgués que adoptó la ciudad en el siglo XVIII, el Monasterio de la Victoria se convirtió en panteón ducal. Más tarde resistiría a grandes envites como la invasión angloholandesa de 1702, la riada que siguió al terremoto de 1755, o la invasión napoleónica en que fue expoliado.
La desamortización de Mendizabal cambia de nuevo el rumbo del edificio. En el siglo XVIII fue sede de estudios teológicos y artísticos, y en el XIX, seminario y noviciado jesuita. Además, también se utilizaría como hospicio y hospital de heridos de guerra. Pero su uso más recordado y que le ha dado el nombre de antiguo penal, fue como centro penitenciario en los primeros años del siglo XX. Tanto es así que uno de las anécdotas del inmueble más recordadas fue la fuga que protagonizó El Lute de una de sus celdas.