ZP, el optimista de siempre, diseña el futuro
Actualizado:Quienes pensaban que José Luis Rodríguez Zapatero carece de proyecto de futuro, tendrían que pararse a considerar, por ejemplo, lo que está ocurriendo en Madrid, si es que no han repasado lo sucedido el pasado 21 de enero, cuando ZP logró, con éxito, entrevistarse en el mayor secreto con Artur Mas y cerrar con él un acuerdo sobre el Estatut de Cataluña, a espaldas de los socios de Mas y de sus propios socios, los del Gobierno central. Y es que el presidente y secretario general del PSOE ha empezado a diseñar, mucho más minuciosamente de lo que casi todos creen, el futuro. La victoria, la suya, en el futuro.
Tome usted el caso de Madrid, por ejemplo. El próximo martes, Zapatero tiene convocado un acto de campanillas en La Moncloa, con motivo de la presentación de la Ley de Capitalidad. Otra ocasión para que el presidente nos hable de Madrid, tras la 'operación Campamento' de la pasada semana, donde Zapatero compartió atril con la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde Ruiz Gallardón. Con quienes de nuevo se repartió los honores estelares este sábado, en la inauguración de la terminal 4 de Barajas. Demasiadas coincidencias.
En conversación informal con algunos periodistas, Zapatero broméo con ellos acerca de estos intentos de recuperación de Madrid, haciéndoles saber, con mucho misterio, que ya tiene «un gran nombre» como candidato a la alcaldía de la capital.
La de Madrid será, sin duda, una vez más, la gran batalla ante las elecciones municipales y autonómicas del año próximo. Confirmado que Rafael Simancas será nuevamente el aspirante socialista a la Comunidad, la gran incógnita será conocer el nombre del candidato del PSOE a la alcaldía madrileña.
Fracasado el intento de variar las normas electorales a través del Estatut valenciano, para forzar un tripartito también allí, los socialistas reconocen la «enorme dificultad» de modificar las condiciones que dieron la victoria al PP en esta Comunidad. En Baleares, consideran también difícilmente superable la figura de Jaume Matas, como imbatible es el PP en Castilla y León.
Por lo demás, son pocos los cambios que pueden producirse: en Andalucía, la mayor parte de las capitales de provincia seguirán en manos del PP, aunque la Junta continuará dominada por los socialistas de Chaves. En Aragón, el socialista Iglesias debe continuar invicto. En Rioja, Sanz, del PP, repetirá su cuarta victoria por mayoría absoluta, y lo mismo ocurrirá en Navarra y Murcia, donde el poder no debe cambiar de signo.
Los populares no conquistarán presumiblemente Castilla-La Mancha, ni Asturias, ni Extremadura. En Canarias, el corrimiento a la derecha dura de José Manuel Soria no beneficiará precisamente al PP. En Galicia nada va a moverse hasta las próximas elecciones.
El toque maestro de Zapatero está en Cataluña, claro. Independientemente de lo que ocurra en la alcaldía de Barcelona. ZP ya ha otorgado sus favores de futuro al convergente Artur Mas como presidente de la Generalitat. Consistirá en que los socialistas colocarán a un candidato de segunda fila para la Generalitat, con el objetivo de que se convierta en el conseller en cap de una Generalitat presidida por Mas.
En el País Vasco, las cosas también están sentenciadas para varios años. Pero, este sábado, el presidente reiteró su esperanza en que las cosas «se arreglen» en Euskadi. El optimista incorregible sigue su camino y hasta resulta contagioso.