San Fernando y Puerto Real empatan sin goles en un derbi de escaso fútbol

Un nuevo Puerto Real aparece en la liga. Puede que sea un espejismo, o que se confirme que el equipo de La Villa vuelve al campeonato para quedarse en Tercera. Sólo el tiempo -los próximos partidos- determinará si la impronta de Rafael Escobar desde el banquillo portorrealeño es suficiente o no para cambiar el torcido rumbo que imprimieron cronológicamente Peri, Mahor Rozen y Joaquín Revuelta. Pero de momento, la primera impresión es más que positiva, especialmente en la parcela defensiva y en la medular, aunque en argumentos ofensivos el Puerto Real también anduvo escasito de realidades. También los supersticiosos, quizás, pueden pedir jugar con el pantalón negro -como ayer- de aquí en adelante.

Por su parte, el San Fernando estuvo espeso 85 de los 90 minutos de partidos. Y lo normal, si estás empanado el 95 de partido, es que termines rebozado en harina. Aunque en esos minutos el fútbol pudo haber sido tan injusto como que la victoria pudo caer del lado local.

La primera mitad se jugó más tiempo en el mediocampo más cercano a Wilfred. El Puerto Real se posicionó muy bien desde el inicio y maniató al San Fernando que, como se ha referido, tampoco estaba para tirar cohetes. Ocasiones justitas y poco claras: Abel dio dos disparos a puerta, fuerte pero algo desviados, en los visitantes. Los azulinos solo existieron en una notable jugada de Muiños que finaliza en saque de esquina.

Tras el receso, misma tónica. El Puerto Real controla y el San Fernando, más gris que el cielo de Londres. A los 23 la victoria se le escapa a los de Escobar. Centro desde la derecha de Carrasco, y Juanmi a tres metros de gol dispara al muñeco. Wilfred logra enviar a córner y evitar que su equipo pierda la condición de invicto.

En la recta final, el San Fernando se propone hacer en cinco minutos los que no había hecho en los 85 anteriores. Víctor García, de falta directa, manda muy cerca de la escuadra. Ya en descuento, un defensa le saca un balón de gol a Edu y el rechace lo manda Ángel a las nubes con todo a favor.