La necesidad de una advertencia
Actualizado:Muchas de las denominadas novelas históricas deberían llevar en un lugar destacado una advertencia que dejara muy claro al lector que todo lo que en ellas se cuenta es falso. Lo dice tajante el historiador Juan María Laboa, autor de numerosos libros sobre la Iglesia, el Papado y los cónclaves. Laboa no oculta su irritación ante lo que él considera un abuso cometido por unos cuantos autores que presentan como verdades incontestables -aunque sea en un libro calificado como una novela- lo que no es más que pura ficción.
«Sólo una sociedad tan inculta como la nuestra puede aceptar como verdad lo que se dice en algunas de esas novelas», comenta. «La literatura es ficción, pero el problema es que a veces se usan nombres y situaciones reales para engañar. En la antigüedad sí hubo algún Cónclave que llegó a durar incluso años. Es verdad que puede haber discusiones, y por eso no se elige nunca Papa el primer día», explica. «Pero de eso a crímenes o conspiraciones...». Laboa comprende, pese a todo, la fascinación que una reunión así ejerce. «Yo he estado en la Plaza de San Pedro en seis cónclaves, y allí se reúnen miles de personas. Admito que es muy sugerente».