Una casa con historia
Un edificio que fue cuadra en la Guerra Civil y sede de la Inquisición alberga hoy un hotel de inspiración árabe
Actualizado: GuardarUna típica casa vejeriega de paredes blancas y balcones de rejas enclavadas en pleno centro histórico del municipio guarda en su interior uno de los lugares con más encanto de toda la comarca. El edificio, llamado Casa del Juzgado por los vejeriegos, data del siglo XV y según las leyendas que se cuentan fue sede de la Inquisición, aunque su utilidad originaria fue como almacén. Otro dato curioso es que las fuerzas nacionales la usaron como casa de cuadra para sus caballos durante la Guerra Civil, convirtiéndose más tarde en las oficinas del juzgado municipal. Este lugar con una historia tan curiosa como extensa alberga hoy en día el hotel La Casa del Califa, un establecimiento abierto hace menos de cuatro años y decorado al estilo árabe, tomando como inspiración el pasado y la fundación de Vejer.
El establecimiento cuenta con 18 habitaciones donde la luz y el contraste de colores juegan un papel muy importante. Grandes ventanales con cortinas blancas dejan pasar la luz del sol y desde ellos se pueden ver estampas que van desde la vista de las casas de Vejer ascendiendo por la montaña hasta una estupenda panorámica de toda la comarca de la Janda desde la Sierra del Retín hasta casi Medina Sidonia. No obstante, a pesar del aire de cuento oriental con divanes y coloridos tejidos de raso, las habitaciones tienen un toque rústico con muebles de madera y cabeceros de forja.
Algo que resulta curioso en La Casa del Califa es la nomenclatura de las habitaciones, ya que cada una es totalmente diferente de la otra. Aunque la mayoría está nombrada por números, hay otras a las que se le conocen por símbolos o figuras que tienen que ver con sus vistas o sus características. Así, la estancia más luminosa de toda la casa es la habitación Sol, y la dos más altas y desde las que mejor se divisa el cielo nocturno son las habitaciones Luna y Estrella.
Otro de los grandes atractivos de este hotel es su restaurante, El Jardín del Califa, abierto al público y cuya especialidad principal son las comidas árabe y africana. Cous-cous, dulces árabes y todo tipo de platos elaborados a base de especias y verduras como la magluba, un pastel de berenjenas con carne de ternera picada y arroz, o el humus, una crema de garbanzos con sésamo preparada a base de aceite de oliva. No obstante, no sólo los platos son un motivo para acudir a este restaurante, sino también el ambiente, acorde con el resto del hotel pero enmarcado en un enorme patio que alberga un jardín de flores que da nombre al establecimiento. El salón del restaurante, que en otro tiempo sirvió de aljibe, también es un lugar singular al tratarse de una bóveda de piedra decorada con tapices de inspiración morisca.
Un placer para los sentidos.