Las denuncias de padres contra hijos se han multiplicado por ocho en España
Actualizado:La cifra de denuncias de padres contra sus hijos por amenazas y violencia física se ha multiplicado de promedio por ocho en los últimos cuatro años en España, explicó ayer el psicólogo Vicente Garrido, quien atribuye este hecho a las tensiones en la familia y a la ausencia de culpa o conciencia de los jóvenes.
El psicólogo criminalista y profesor titular de la Universidad de Valencia explicó que los hijos que insultan y golpean a sus progenitores sufren el denominado «síndrome del emperador», una conducta de cuya incidencia se conoce sólo «la punta del iceberg».
Estudio
Según un estudio del experto, elaborado en distintas comunidades, el número de padres que denuncian a sus hijos por malos tratos se ha multiplicado una media de seis a ocho veces entre los años 2000 y 2004, aunque en regiones como la valenciana dicha cifra se sitúa en catorce. «Un padre lo último que hace es denunciar, ya sea por vergüenza o por el miedo a ser criticado», añadió el psicólogo.
De acuerdo con los últimos datos del Ministerio del Interior, más de 5.500 padres denunciaron entre enero y septiembre de 2005 a sus hijos.
«El síndrome del emperador» no sólo afecta a chicos con problemas, ya que entre un 10 y un 20% procede de familias donde no ha habido episodios de violencia.
«Lo único de lo que se podría acusar a estos padres es que no sean unos padres extraordinarios, pero eso es injusto», manifestó Garrido. Estos padres, añadió, necesitan ayuda y comprensión, «no hay que castigarles pensando que son negligentes. Si tuvieran otros hijos serían normales».
Razones
Entre las razones del aumento del «síndrome del emperador», el psicólogo apuntó a una mayor ineptitud de los padres debido a las nuevas tensiones en las familias, con más dificultades a la hora de conciliar la vida familiar y laboral. Otra razón se refiere a la necesidad de invertir más tiempo en la actualización profesional, así como el creciente número de separaciones y divorcios.
Hay razones externas que complican la tarea de educar: se han desarrollado los valores del consumismo y del hedonismo. Junto a la profusión de la violencia en la televisión y en los videojuegos, «hay una pérdida de capacidad educadora de la escuela y ha desaparecido la relación que existía entre padres y profesores».