«Votaremos en contra del 'Estatut' si no se negocia el texto en su conjunto»
«Mantendremos la campaña de recogida de firmas mientras haya españoles que quieran respaldarnos»
Actualizado: GuardarLa Comisión Constitucional Mixta del Congreso de los Diputados y el Parlamento de Cataluña empezará a estudiar mañana la propuesta del nuevo Estatut que, a estas alturas, cuenta con el rechazo frontal del PP. El portavoz parlamentario del primer grupo de la oposición, Eduardo Zaplana, se muestra convencido de que el acuerdo entre los dos partidos mayoritarios es imposible, por lo que anuncia que todos y cada uno de los artículos del texto catalán serán votados en contra por el PP.
-Mañana se eligen los ponentes, ¿cuál será la actitud de los representantes del PP?
-El portavoz del grupo en la Comisión, Federico Trillo, y la responsable de política autonómica, Soraya Sáenz de Santamaría, apoyados por Jorge Fernández Díaz, serán los ponentes del PP y defenderán el criterio que hemos sostenido de forma coherente todo este tiempo. Sabemos que ni en la ponencia ni en la Comisión hay margen para poder acordar porque las diferencias son evidentes. El PSOE no está dispuesto a moverse de sus acuerdos con los nacionalistas.
-¿Cuáles son sus exigencias para sumarse al pacto?
-Mientras no se quite el término nación del preámbulo y no se resuelvan cuestiones básicas como el bloqueo de competencias; mientras se pueda perseguir el ejercicio de derechos y libertades básicas consagradas en la Constitución, no podrán contar con nosotros. Y no hay posibilidad de que esas cuestiones se corrijan porque así lo ha manifestado el PSOE.
-¿Por qué cree que no hay margen para que el PSOE acepte tocar la propuesta?
-Porque nos lo han dicho. Tienen un texto acordado y cerrado entre ellos. Y nunca han querido atender las ofertas de acuerdo y de consenso que les hemos hecho. Mi reciente entrevista con Rubalcaba fue la constatación evidente de que el PSOE no tiene margen alguno para poderse mover. Ni quiere moverse.
-Pero Rubalcaba le ofreció revisar la constitucionalidad del texto...
-Eso no es así. Lo que hizo fue un ejercicio de demagogia ante los periodistas al decir que estaba dispuesto a ello. Demasiado sabe que algunos de los acuerdos a los que ha llegado son contrarios a la Constitución. Lo hemos demostrado, y no sólo nosotros, todo el mundo. A estas alturas parece una broma que digan que se puede discutir la constitucionalidad o no cuando de eso no hay la más mínima duda.
Condiciones
-¿Qué condiciones tendrían que darse para que el PP acepte negociar?
-Lo primero es que el PSOE quisiera, de verdad, negociar y tuviera margen para hacerlo. ¿Alguien puede pensar, sinceramente, que, en estos momentos, después del acuerdo al que ha llegado, el PSOE está dispuesto a retirar el término nación para definir a Cataluña? Nadie en su sano juicio piensa que eso es posible. ¿Y a cambiar el modelo de financiación? Todo el mundo sabe que eso es imposible.
-¿Por qué está tan seguro?
-Ellos han llegado ya a un acuerdo. Y lo que están haciendo ahora es una estrategia de disimulo para que parezca que están dispuestos a hablar con todos. Es un mero ejercicio de cara a la galería para intentar disimular lo que han hecho.
-¿Qué hará el PP cuando se someta a votación el artículo uno, que hace una definición impecable de Cataluña?
-Me niego a entrar en ese juego. El PSOE quiere intentar trasladar que hay partes buenas y otras menos buenas. Ese juego es perverso. El texto hay que valorarlo en su conjunto. Es un pésimo texto y claramente contrario a la Constitución.
-Pero en la tramitación tendrán que votar, artículo por artículo.
-Si no hay negociación de conjunto nos tendremos que oponer a todo. Lo que no van a conseguir es que vayamos avalando un texto francamente malo.
-¿Aunque estén de acuerdo con alguno de sus párrafos?
-No puede haber un acuerdo aislado porque lo que manda es el conjunto. Si no hay acuerdo no contarán con nuestra participación en ese proceso.
-¿Eso supone que dirán «no» a todo, en la ponencia, en la comisión y en el pleno?
-Le confirmo que de la ponencia no saldrá ese texto con nuestro acuerdo y que luego defenderemos nuestras enmiendas. Así que vamos a votar a favor de nuestras enmiendas y votaremos el texto en contra.
-¿Excluye también cualquier posibilidad de acuerdo parcial con CiU?
-Ese es el juego al que algunos les gustaría llevarnos. Quieren, en un momento tremendamente delicado para nuestro futuro, poder contar, aunque sea parcialmente, con nuestra colaboración. El proceso en sí y el texto es un disparate para nuestro futuro. Por tanto, que nadie piense que nosotros vamos a ser cómplices ni vamos a colaborar en ese disparate.
-¿Qué gana el PSOE aprobando un Estatuto que será rechazado por el Tribunal Constitucional (TC)?
-A este Gobierno no le preocupa demasiado el futuro y está dedicado al inmediato presente. Sólo quiere resolver el día a día. Como sabe que no existe la posibilidad de que el TC pueda suspender la tramitación del Estatuto, practica la política de hechos consumados, sin tener en cuenta las graves consecuencias que eso tiene.
-¿Cuál es el mensaje que transmitirá el Partido Popular en el debate de la comisión?
-Queremos que se tenga conciencia de qué es lo que está pasando y se valore el momento político que estamos viviendo. Lo hacemos desde el Parlamento y con todos los instrumentos políticos a nuestro alcance.
-¿La campaña de recogida de firmas se mantendrá en paralelo con la tramitación parlamentaria?
-Sí. Mientras haya ciudadanos que quieran respaldar las posiciones del Partido Popular estampando su firma, nosotros mantendremos la campaña.
-¿No cree que el texto pactado por el PSOE ha mejorado?
-Más que mejorar ha cambiado. Cuando las cosas son inconstitucionales no son mejores ni peores, son distintas. Yo nunca dije que el texto no hubiera cambiado. Lo que digo es que en algunas de sus partes incluso ha empeorado.
-¿No es mejor en algún punto?
-Es que yo me niego a entrar en la valoración de mejor o peor, porque ése es el juego al que nos quieren llevar. Ellos han cambiado la fórmula, pero lo que tenemos que valorar es si es o no acorde a la Constitución. Mientras no lo sea, nuestra crítica se tiene que mantener.