«Si la petanca no fuera un deporte, no te saldrían agujetas»

-¿Usted comenzó a jugar a la pentaca de mayor?

-No, yo comencé bastante joven. Pase mi infancia en Marruecos y allí vi como jugaban, porque los marroquies juegan mucho. Luego cuando llegue a Jerez conocí a un matrimonio que practicaba este deporte y me uní a ellos.

-¿Considera que la petanca es un deporte?

-Creo que sí. En el momento en el que hay competición es deporte. Además realizas muchísimo ejercicio, no paras de andar de un lado para otro. Se camina una barbaridad. Es una hora en la que estás en continuo movimiento. Los primeros días sueles sufrir agujetas, de tanto agacharte a por las bolas. Puedo asegurar, que se hace mucho más deporte que jugando al dominó.

-¿Por qué cree que se vincula tanto la petanca a las personas mayores?

-Es un prejuicio más. En Jerez hay mucha afición. Es una semilla que se está desarrollando y está dando sus frutos.

-¿Tanto se practica?

-En nuestro club sí. Se están organizando muchos campeonatos y la gente muestra bastante inquietud.

-¿Pero en la mayoría de los casos lo practican hombres que han superado los cuarenta años?

-Pero también hay muchísimos jóvenes. Cada vez que organizamos algún torneo, ponemos categorías para infantiles que tienen una gran aceptación. Es más, los grandes jugadores no suelen superar los treinta años.

-¿Pero eso son los que menos?

-A nivel de competición son los más habituales. En Francia y en Argelia hay una gran tradición y se disputan muchos campeonatos.

-¿Por qué no hay demasiadas mujeres?

-Sí que hay mujeres. Además, cada vez con más nivel.

-¿Qué características debe tener un gran jugador de petanca?

-Tranquilidad, muñeca, temple y mucha puntería.

-¿Y eso cómo se entrena?

-El mejor método de entrenamiento de petanca es mucha práctica. Tirar muchas bolas. Yo me paso horas y horas tirando bolas. Me sirve para relajarme y evadirme un poco del extres diario. Es como una terapia para no pensar en nada.

-¿Ahora de qué manera está ligado?

-He gestionado el club mucho tiempo. Ahora dejo a los jóvenes.