Los jugadores españoles celebran su pase a la final del Europeo de balonmano de Suiza. /AFP
EUROPEO DE BALONMANO

España se jugará el título continental ante Francia tras derrotar a Dinamarca

El balonmano europeo respira aromas del mediterráneo por vez primera en una final con el 'clásico' entre España y Francia

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La selección española de balonmano ha alcanzado su tercera final europea, la que espera sea la vencida, después de derrotar en un excelente partido a Dinamarca por 34-31. Mañana se volverá a medir a Francia, a la que ganó en la primera fase, en la gran final del Europeo de Suiza con el propósito de sumar el título continental al mundial que logró el año pasado en Túnez.

El temor al pivote Michael Knudsen, máximo goleador del conjunto danés, y que llegaba a la semifinal tras anotar diez goles de diez lanzamientos a Rusia, propició el cambio de defensa en el equipo español, que abandonó su más clásico 5-1, por una defensa 6-0 mucho más cerrada. Pero el jugador del Flensburgo alemán es una auténtica fiera en la línea de seis metros, como demostró el danés con los tres goles que anotó en el primer cuarto de hora, y eso que Barrufet con cuatro paradas no pudo tener un comienzo más espectacular.

Animados por la seguridad que inspira el portero del Barcelona, el ataque español comenzó pletórico con dos goles de Alberto Entrerríos y tres de Iker Romero, que permitieron a los españoles tomar de inicio una pequeña ventaja (5-3). Renta que no tardó en esfumarse en los siguientes minutos en los que los de Juan Carlos Pastor perdieron el hilo con una mala selección de lanzamientos que posibilitaron correr por primera vez en el partido a los veloces extremos daneses (7-9).

Aunque las deficiencias en el ataque volvieron a lastrar al equipo nacional, muy impreciso hoy en las circulaciones de balón, en las que pese a que lo intentó, le costó conectar con Uríos, pieza básica en los esquemas ofensivos españoles. Todo lo contrario que Dinamarca que encontró una y otra vez al letal Knudsen, que concluyó la primera parte con seis goles, que parecían condenar a la selección a marcharse con una notable desventaja en el marcador. Pero Uríos no parece dispuesto a que nadie le discuta el título de mejor pivote del Europeo, y dos nuevos goles del hispano-cubano, el segundo de ellos de espaldas a la portería, ajustaron nuevamente el marcador (15-16).

Aunque los de Juan Carlos Pastor se empeñaron una y otra vez en dar vida a los daneses con continuos fallos en el pase y en el lanzamiento, que impedían descolgar a los nórdicos en el marcador, con el consiguiente peligro. Cuatro goles seguidos de Iker Romero, el último de ellos en inferioridad, y dos paradas de Barrufet permitieron abrir a España una pequeña brecha en el marcador (24-20), que permitió a los españoles respirar.

Hartos en ataque de las intervenciones de Barrufet, los daneses trataron de enderezar el rumbo con una defensa abierta, en ocasiones mixta a Romero, que tan sólo sirvió para que la selección sacara a relucir su juego de entre líneas. De este modo, el conjunto español encaró los últimos cinco minutos de encuentro con cuatro goles de ventaja (32-28), que la selección, pese a la presión casi por todo el campo de los daneses, no desperdiciaría ya.