A MANO ARMADA. Miembros de las milicias de Fatah y Yihad apuntan a la sede de la delegación de la UE en Gaza City. / AP
MUNDO

La Policía libera a un alemán secuestrado en Naplusa por las caricaturas de Mahoma

Diplomáticos, cooperantes y periodistas europeos abandonan Gaza y Cisjordania por miedo a nuevas represalias de los grupos islamistas

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Un ciudadano alemán fue secuestrado anoche en Naplusa (Cisjordania) por milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, un grupo rebelde de Fatah, y liberado una hora después por la Policía palestina. El rapto se llevó a cabo en protesta por las caricaturas del profeta Mahoma publicadas por algunos medios de comunicación europeos y que muchos musulmanes consideran ofensivas.

La víctima conversaba con un grupo de palestinos en el hotel Yasmin cuando un grupo de milicianos le ordenó a punta de pistola que saliera del establecimiento y subiera en un vehículo, desapareciendo a continuación. La víctima, que trabajaba para una organización no gubernamental que ayuda a los necesitados, fue liberado poco después por policías palestinos y los terroristas detenidos.

Mientras tanto, decenas de diplomáticos, cooperantes y periodistas abandonan la franja de Gaza y Cisjordania a toda prisa debido a las amenazas de extremistas musulmanes que ayer prometieron secuestrar a cualquier ciudadano de la UE en represalia por las citadas caricaturas.

Las amenazas se han multiplicado en el mundo árabe y musulmán. En Gaza y Cisjordania llegaron de la mano de las milicias de Fatah y la Yihad Islámica -curiosamente no de la mano de Hamas-, dos grupos que protagonizaron algunos incidentes violentos en las dependencias de la Unión Europea.

Las amenazas están dirigidas especialmente contra Dinamarca, que fue el país en que primero se publicaron las caricaturas en septiembre de 2005, y contra Noruega, donde se reprodujeron posteriormente, pero también contra España, Alemania y Francia, dado que algunos diarios las han recogido en los últimos días.

En la ciudad de Gaza decenas de milicianos de Fatah y la Yihad Islámica irrumpieron en el edificio que alberga la sede local de la UE, dispararon al aire, escribieron pintadas en las paredes y amenazaron con mantener los locales cerrados hasta nueva orden. Los activistas exigen al Gobierno danés y a todos aquellos concernidos por la ofensa, que se disculpen públicamente y sancionen a los medios donde han aparecido.

Libertad de expresión

Un miliciano explicó que las caricaturas no se pueden justificar apelando a la libertad de expresión, puesto que son insultantes para todos los musulmanes, especialmente la caricatura en donde Mahoma aparece con un turbante con forma de bomba y que, en su opinión, sugiere que todos los fieles de esa religión son terroristas.

«Además», explicó el activista, «no es cierto que en Europa la libertad de expresión sólo esté sujeta a las leyes como dice el primer ministro danés, puesto que ningún periódico europeo se atrevería a publicar caricaturas del Holocausto o a bromear con semejante tema». Las representaciones humanas, y, en particular, las representaciones gráficas del profeta, están estrictamente prohibidas en el islam, ya que, según los seguidores de esta religión, conducen al politeísmo.

Otro grupo de milicianos, también afiliado a Fatah aunque suele operar por libre, las Brigadas Abú Rish, lanzó un ultimátum de ocho horas a países implicados en la publicación de las imágenes con la amenaza de que sus ciudadanos «serán secuestrados si no se produce la disculpa exigida».

Noruega ha suspendido todas las actividades de su representación diplomática en los territorios palestinos, explicó el portavoz del Ministerio de Exteriores, Rune Bjaastad. Confirmó que la oficina de Al-Ram ha sido cerrada al público. «Ha habido amenazas de dos grupos palestinos -la Comisión de la Resistencia Popular y las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa- contra diplomáticos daneses, franceses y noruegos», dijo a AP.

Se da la circunstancia de que Noruega no es miembro de la Unión Europea y es uno de los mayores donantes de los territorios palestinos, aparte de que medió secretamente en las conversaciones del ahora fallido Acuerdo de Oslo en 1993.