¡Segundos fuera!
La actuación de 'Cuarteto con gancho', el pasado lunes abre una nueva puertecita a la esperanza sobre el devenir de la modalidad en esta edición
Actualizado: Guardar«Tenía un conejito, un conejito blanco de colores, ahora cogió y el conejo se murió. No lloraba ná mi prima». Y no se reía ná mi padre que un poco más y me dispierta. Corría el año 1986. y ¿quién no se acuerda del Camborio y del Montoya? (con premio, segundo por cierto). Tras los años de esplendor del Peña y el Masa el cuarteto había entrado en una pequeña crisis y estos muchachos de Rota nos hicieron despertar del triste letargo y del sopor. Pero un día se marcharon para volver esporádicamente en 1996 con Windous 95.
«Ay que casualidad, ahora una guerra mundial, la gente no respeta ni que estamos en Carnaval, blam, blam, blam». ¿Qué podemos decir que no se haya dicho ya de esos Tres notas musicales! Fue una bocanada inolvidable y un motivo para que se estropeen los vídeos caseros.
«Uno me dicen hazlo, otro que no lo haga y al final yo hago lo que a mí me da la gana». El genial José Manuel Gómez consiguió reunir al Caracol y a Antonio Mato y se llevó un primer premio. Pero fue un pelotazo de este sólo año y a los aficionados nos dejó con la miel en los labios esperando la vuelta.
«Yo me vía cagar señores en las castas del Pepé, del Pepé, del pepeñista que no me pague la conviá». Este estribillo era del cuarteto del Bati Peña C.R.C. Los pejigueras y también significó una oleada de aire fresco para la modalidad. El tío lo bordó y se pasó algunos años haciendo cuartetos, pero después emigró al mundo de las chirigotas.
Manolo Casal y Modesto Barragán pasarán a la fiesta como dos grandes impulsores del Carnaval gracias a su enorme difusión a través de Canal Sur. Un buen día a un cuarteto, Los auténticos micromachines se les ocurrió imitarlos en una irrepetible parodia. Lo escribía José Manuel Valdés y allí salió hasta uno que fue portero del Cádiz B, Carlos Figueroa.
Lo mismo pasaba con El Marqués, la marquesa y quince metros de mesa. Valdés también lo bordaba. Pero como todos los de antes también se cansó y terminó por escribir coros. Y así le va. Está claro que es más fácil escribir un coro bueno que un cuarteto bueno.
Curiosamente, uno de esos primeros integrantes de los cuartetos de Valdés era Angelito Gago. El lunes se subió a las tablas del Falla con un tipo de boxeadores que hizo mucha gracia. Y no sólo por la puesta en escena sino por el fino humor que contagió a los asistentes al Teatro, sobre todo, por el recurso a una forma de hacer reír que hacía tiempo no se escuchaba en el Falla. (la broma del bebé, para enmarcar). No sé si tendrán preparado algo sorprendente para semifinales, pero de momento sólo queda felicitarles porque vienen a insuflar esa alegría que tanta falta le hace a la modalidad.
Esta noche actúa en el coliseo gaditano el cuarteto de Piulestán que el año pasado logró el primer premio. Se une lo humorístico con lo nostálgico pues querrán rendir homenaje a Pepe Piulestán. Ojalá tengan continuidad que es lo que en realidad se necesita. Más que nada para que no llore más mi prima.