PRESIDENTE. El ultraconservador Ahmadineyad visita una planta nuclear al sur de Teherán. / REUTERS
MUNDO

Las potencias piden a la AIEA que envíe el plan nuclear iraní al Consejo de Seguridad

El presidente Ahmadineyad mantiene la presión y dice en tono desafiante que «continuará con su proyecto hasta la victoria final» Rusia tercia para que la Agencia de la ONU no castigue a Teherán

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Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU acordaron ayer un proyecto de resolución en el que piden a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) que traslade al Consejo el polémico expediente nuclear iraní. La resolución fue aprobada por Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China y posteriormente presentada al organismo nuclear, cuyo ejecutivo de 35 miembros se reúne a partir de hoy en Viena para estudiar si envía el caso al organismo de la ONU que tiene el poder de imponer sanciones.

El proyecto, redactado por la troika europea (Alemania, Francia y Gran Bretaña), fue enmendado a petición de Rusia para suprimir toda referencia a un artículo de la AIEA que autoriza medidas de castigo para Irán. La agencia publicó el martes por la noche un informe en el que subrayaba que Teherán dispone de documentos para fabricar componentes nucleares militares y confirmó que realiza investigaciones para enriquecer uranio.

Contrabando

Irán admitió el año pasado que tenía en su poder esos documentos, pero afirmó que se los había proporcionado, sin que los hubiera pedido, una red de contrabando paquistaní de Abdul Qadeer Khan, el padre de la bomba nuclear paquistaní.

La troika europea y Estados Unidos lograron el martes en Londres que Rusia y China aceptaran trasladar el caso nuclear iraní al Consejo de Seguridad de la ONU, a causa de la reanudación de las actividades de enriquecimiento de uranio, a pesar de las resoluciones contrarias de la AIEA.

Irán, que en ese caso se propone reducir su cooperación con el organismo atómico a partir del sábado, proclama el carácter pacífico de sus programas, lo que no convence a los norteamericanos, que invocan 18 años de actividades clandestinas del régimen islámico.

Para apaciguar a Moscú, los occidentales accedieron a que toda acción del Consejo de Seguridad sea aplazada al menos hasta el 6 de marzo, próxima reunión ordinaria de los gobernadores de la AIEA, y hasta la presentación de un informe completo del director general de la agencia, Mohamed al-Baradei.

El acuerdo de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad es «la última oportunidad» para Irán de «cumplir sus obligaciones (...) y de no hacer nada que pudiera conducir a la creación del arma nuclear», afirmó ayer el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw.

Traslado de expediente

Un importante responsable del Departamento de Estado norteamericano consideró que al menos 30 de los 35 gobernadores aceptarán el traslado del expediente iraní al Consejo de Seguridad. Sin embargo, indicó la misma fuente, «no ha habido ninguna discusión significativa sobre las medidas» que podría adoptar el órgano de la ONU, en particular «acerca de los distintos tipos de sanciones» que podrían aprobarse. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha reconocido incluso que «será difícil mantener el consenso» con Moscú y Pekín, hasta el momento reticentes a recurrir al Consejo de Naciones Unidas.

El presidente ultraconservador, Mahmud Ahmadineyad, desafió ayer a las potencias nucleares del Consejo de Seguridad, «potencias de paja», ante las cuales Irán «no se inclinará» en la cuestión nuclear. «El pueblo no renunciará a su derecho tras las amenazas de unos países arrogantes. Nuestro pueblo dice con voz alta que la energía nuclear es unos de sus derecho indiscutibles», dijo Ahmadineyad en tono desafiante ante decenas de miles de iraníes.

«Les digo a estos países que quieren violar los derechos del pueblo que los iraníes no se dejarán influenciar por su propaganda», agregó, asegurando que su país «continuará (con el plan nuclear) hasta la victoria».