Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizActualidad
ESPAÑA

Ibarretxe dice que será él quien tome la iniciativa si Gobierno y ETA no avanzan

PSE, PP y Batasuna se niegan a participar en el consejo político propuesto por el lehendakari para impulsar un eventual proceso de paz en el País Vasco

ELISA LÓPEZ/COLPISA. VITORIA
Actualizado:

El lehendakari Juan José Ibarretxe dio el primer paso para la constitución de la mesa de partidos que debe impulsar un proceso de paz con la creación del consejo político. Un organismo que nació cojo porque el PSE, PP y Batasuna no se incorporaron. El presidente del Ejecutivo vasco inauguró la entidad con una advertencia: si antes del verano ETA y el Ejecutivo central no dan pasos hacia la paz, el nuevo órgano tomará en septiembre la «iniciativa política». Ibarretxe eludió explicar por qué ha elegido esa fecha y evitó desvelar en qué consistiría el anunciado liderazgo.

La primera reunión del consejo político, celebrada el mismo día en que se cumple un año de que se rechazara el plan Ibarretxe, sirvió para que el lehendakari renovase su compromiso con el derecho a decidir de los vascos. «Que no se engañe nadie», aseguró, el camino de la autodeterminación se «recorrerá hasta el final».

Iniciativa

En el acto celebrado en el palacio de Ajuria Enea y escoltado por sus compañeros en el consejo, los consejeros de Eusko Alkartasuna, Joseba Azkarraga, y de EB-Ezker Batua, Javier Madrazo, Ibarretxe defendió que el Gobierno «no puede estar de brazos cruzados esperando a lo que hagan los demás» y que el País Vasco «necesita jugadores con ganas de jugar» como el Ejecutivo autonómico. Aunque el lehendakari demostró que su intención es «tomar la iniciativa», deseó que el Gobierno, ETA y Batasuna salgan de su estancamiento.

Ibarretxe desmenuzó en qué deben consistir los movimientos esperados: «ETA tiene que decir que abandona la violencia; el Gobierno debe desarrollar una política penitenciaria que respete los derechos de quienes hayan cometido horribles crímenes; se debe convocar una mesa de partidos que alcance un acuerdo, y ser ratificado por consulta popular».

Se trata de la propia agenda fijada por el lehendakari en su investidura y que se frenó ante la ausencia de una tregua de ETA. El abandono de la violencia es una condición inexcusable de los partidos, salvo para EA y Batasuna.

El lehendakari reivindicó el papel del Gobierno vasco para lograr la paz al tiempo que dio la bienvenida a las aportaciones «vengan de quien vengan», también de Batasuna, cuya presencia volvió a reclamar como necesaria. Ibarretxe avanzó que el trabajo del consejo hay que medirlo en el «largo plazo» y estableció tres etapas: alcanzar la paz; la normalización, con acuerdos políticos entre todas las fuerzas que han de ser ratificados por la sociedad; y la reconciliación entre los vascos.

Ibarretxe defendió la «legitimidad» del consejo frente a las críticas que ha recibido desde la oposición, incluso de Batasuna. Ibarretxe respondió con ironía al rechazo de PSE y PP a formar parte del órgano ya que «no participa en él quien no forme parte del gobierno». Frente a las acusaciones por el papel que se quiere arrogar el lehendakari, aseguró que su «protagonismo en la mesa lo definirán los partidos» y que quedará en un segundo plano.

El PSE se negó a participar en el nuevo organismo porque no es más que un aparato de «propaganda» del tripartito. El PP justificó su rechazo porque el objetivo es incorporar a Batasuna y ETA al «debate político». El partido ilegal apuntó que la consecución de la paz tiene que ser tarea «de todos» y no de unos partidos.