Fungairiño presenta su renuncia tras una discusión con el fiscal general
El jefe de la Fiscalía de la Audiencia y Conde-Pumpido han mantenido notables desencuentros en año y medio Su próximo destino será el Supremo y lo sustituirá el fiscal Jesús Santos
Actualizado: GuardarEduardo Fungairiño presentó ayer su renuncia como fiscal jefe de la Audiencia Nacional, después de nuevos años en el cargo, durante una tensa reunión con el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, a la que el responsable del Ministerio Público le había citado para reiterarle sus desavenencias y exponerle una larga lista de quejas y agravios sobre su trabajo.
Los dos protagonistas de este enfrentamiento decidieron, sin embargo, guardar las formas en público y acordaron presentar el cese-dimisión como una renuncia del fiscal jefe «por razones estrictamente personales», según informó el portavoz de la Fiscalía General y, minutos después, corroboró un Fungairiño que dejaba para siempre su despacho en la Audiencia Nacional con el rostro abatido.
Fuentes fiscales indicaron que Fungairiño fue citado en el despacho del fiscal general a las 12.00 horas de ayer. A su llegada vio que también esperaban en la estancia los números dos y tres de la carrera fiscal, el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Juan José Martín Casallo y Elvira Tejada, jefe de la Secretaría Técnica. La reunión, descrita por las personas conocedoras de su contenido como muy tensa, comenzó con la expresión de las críticas por Conde-Pumpido y terminó con el anuncio de la renuncia por Fungairiño, que le fue aceptada por el fiscal general.
Los desencuentros y discusiones entre los dos altos cargos de la Fiscalía comenzaron hace más de año y medio, prácticamente cuando el 27 de abril de 2007 Conde-Pumpido fue nombrado por el Gobierno nuevo fiscal general del Estado. Sólo tres meses después, Fungairiño se hizo acreedor de una investigación interna, con fines disciplinarios, debido al escándalo que protagonizó en el Congreso de los Diputados, al mostrar a los parlamentarios el desprecio que sentía por los trabajos de la comisión de investigación del 11-M.
«Por higiene mental»
Fue el día que simuló que desconocía ciertos detalles claves de la investigación de la masacre y para ello explicó que, «por higiene mental», no solía leer los periódicos ni ver la televisión, a excepción de «los reportajes de la BBC».
Los tira y afloja entre ambos se sucedieron desde entonces, aunque ambos procuraban mantenerlo en secreto. Conde-Pumpido se vio obligado ordenar a Fungairiño que impulsase la investigación sobre el accidente del Yak 42 ante la evidente pasividad de su departamento, y también tuvo que imponerle, no siempre con éxito, la obligación de aceptar el papel protagonista de la Audiencia Nacional en la investigación de los genocidios de Argentina y Chile, entre otros.
El fiscal general desautorizó hace un año a Fungairiño cuando esté denunció al juez Baltasar Garzón por un presunto delito de revelación de secretos sobre sumarios de ETA en su libro de memorias ('Un mundo sin miedo'). El último enfrentamiento entre ambos se produjo hace dos semanas, con motivo de la vista del juez Fernando Grande-Marlaska para decretar la suspensión del congreso nacional que Batasuna pretendía celebrar en Barakaldo (Vizcaya). El fiscal general impuso al fiscal jefe, mediante un informe, la postura a mantener por su departamento durante la vista judicial, pero los dos fiscales que envió Fungairiño a la reunión judicial desobedecieron las directrices de Conde-Pumpido y mantuvieron una posición mucho más agresiva, idéntica a la defendida por su jefe.
Una bomba
La renuncia de Fungairiño cayó ayer como una bomba en la Audiencia Nacional, tribunal ante el que ejerció la acusación pública desde hace 26 años, nueve de ellos como teniente fiscal y otros nueve como fiscal jefe. Nada más llegar a la Audiencia Nacional de vuelta de su reunión en la Fiscalía General, Fungairiño reunió a todos sus subordinados y colaboradores en su despacho y les dio la noticia, que provocó caras de asombro y bastantes lágrimas. Muchos conocían sus enfrentamientos con el fiscal general, pero ninguno esperaba su renuncia. Fungairiño todavía tenía mandato para dos años y medio más.
Los magistrados y fiscales de la Audiencia Nacional emitieron ayer un comunicado en el que agradecen al fiscal jefe su dedicación a la justicia y le expresan todo su «respeto y cariño». Fungariño abandonó la Audiencia Nacional, desde el aparcamiento, a las 14.00 horas, con lágrimas en los ojos. Su siguiente destino será el Tribunal Supremo. Su puesto será ocupado de forma provisional por el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, hasta que se convoque la plaza y el fiscal general designe a un nuevo fiscal jefe, tras escuchar al consejo fiscal.
El ex fiscal jefe se ha ocupado durante sus 26 años en la Audiencia Nacional de casos muy importantes, como el del 'síndrome tóxico', así como de los principales sumarios contra los más sangrientos comandos de ETA, como el atentado contra Hipercor.