El proyecto arqueológico de la localidad peruana de Trujillo, Premio Reina Sofía
Actualizado: GuardarEl proyecto arqueológico Huaca de la Luna de la ciudad peruana de Trujillo ha obtenido el IV Premio Reina Sofía de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, creado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y dotado con 36.000 euros, informó ayer la AECI.
El Jurado, presidido por Leire Pajín, secretaria de Estado para la Cooperación Internacional, ha tenido en cuenta «la gran labor» realizada desde 1991 por la Universidad Nacional de Trujillo y el Patronato Huacas del Valle de Moche para la recuperación del patrimonio arqueológico de Huaca de la Luna, uno de los sitios prehispánicos más importantes del Perú que se encontraba en vías de desaparición.
Desarrollo
El complejo arqueológico Huacas de Moche, ubicado a unos siete kilómetros al sur de Trujillo, estuvo en completo abandono y ex-puesto al vandalismo hasta que en mayo de 1991 se puso en marcha un proyecto arqueológico conservacionista y autogestionario, se afirma en la nota de la AECI.
Este complejo urbanístico, uno de los más antiguos del Perú, está compuesto por dos pirámides, las denominadas Huaca del Sol y Huaca de la Luna, y un núcleo urbano que se extiende entre las dos huacas. Huaca de la Luna es una construcción monumental levantada con millones de adobes y profusamente ornamentada con superficies polícromas.
El proyecto ha servido de escuela de campo para alumnos y profesionales nacionales y extranjeros, y «se ha constituido en el motor de desarrollo de la comunidad local, creando puestos de trabajo directos e indirectos», se añade en la nota.
En los trabajos ha participado un equipo multidisciplinar formado por representantes del Instituto Nacional de Cultura, la Universidad Nacional de Trujillo, responsable de la gestión del monumento, y el Patronato Huacas del Moche.
El Jurado estuvo formado también por María Luisa Cerrillos, Xerardo Estévez, Antonio Fernández de Alba, Román Fernández, Amparo Berlinches, Alvaro Martínez Novillo, Pedro Navascúes, Javier Rivera y Al-fons Martinell, director de Relaciones Culturales y Científicas de la AECI, que actuó como se-cretario del Jurado.
Este premio , que está dotado además con una escultura de Gustavo Torner especialmente diseñada para el galardón, se creó en reconocimiento a una obra, una iniciativa o una trayectoria profesional que destaque en el ámbito de la conservación y restauración del patrimonio por su calidad o su impacto beneficioso en el desarrollo de la zona geográfica donde se realice, particularmente en el área iberoamericana.