«Me he contagiado de la apatía de la gente del barrio»

-¿Cómo empezó su andadura como representante vecinal?

-Yo estaba en la Junta Directiva como vocal y al cabo del tiempo mis compañeros me sorprendieron al proponerme para presidenta. Desde entonces ya han pasado cinco años.

-¿Cómo está siendo la experiencia?

-Buena, yo soy muy optimista. Al principio no estaba tan preparada para lidiar con tantos temas, pero poco a poco y leyendo la prensa me puse al día. Hay que saber mucho para llevar una asociación.

-¿Alguna vez se ha planteado dejar el cargo?

-Sí. Como humana que soy me he contagiado de la apatía y el desánimo de la gente del barrio, que están descontentos porque se ven olvidados por los políticos.

-¿Y por qué no lo ha hecho?

-Porque mis hijas me hicieron ver lo importante que era seguir con esta labor de defensa del barrio.

-¿Tienen alguna promesa incumplida?

-Varias. La más importante la Plaza de las Madres, que está olvidada por completo. No hay ni bancos para sentarse.