¿Menudo papelón el de Maragall!
Actualizado:En los sepulcros de los romanos figuraba una inscripción que decía: «Caro data vermibus», carne entregada a los gusanos. Con la erosión, algunas letras se fueron borrando hasta que sólo se pudo leer: ca da ver Así nació el término con el que hoy designamos a un cuerpo muerto. Maragall se ha convertido en un cadáver político. Como Arzallus, como Carrillo. A lo mejor un día resucita. Pero sus correligionarios tratan de hacerle un funeral elegante después de hacerle «cargar con el muerto». Según las leyes medievales, cuando aparecía una persona que había fallecido de forma violenta y no se podía descubrir al autor, el pueblo entero estaba obligado a pagar una multa. Por ello, todos procuraban trasladar el cadáver de una aldea a otra, algo que dio lugar a la famosa expresión «cargar con el muerto», que significa atribuirle a otro la culpa de algo que no ha hecho. Sobre Maragall va a recaer la responsabilidad de haber roto la unidad de un país que existe y se supone que ama para conseguir el reconocimiento de una nación que cree que existe y dice amar. Quiso pasar a la Historia como el dirigente político que consiguió para Cataluña lo que sólo se habían atrevido a soñar los utópicos. Pero le han arrebatado la gloria los que fueron destetados con pragmatismo. Vaya papelón, pues, el de Maragall. Líder de un partido como el PSC, que es y no es PSOE, se ha visto ninguneado por sus compañeros estatales que le hicieron una promesa equívoca; ha sido burlado por su oposición autonómica que le ha robado protagonismo y va a ser condenado a ser tenido por peor político de lo que es por haber aceptado para poder gobernar el apoyo de unos socios pintorescos que han hecho de él una marioneta. Sólo le falta que tenga que convocar elecciones anticipadas para perderlas. Sus amigos del PSOE están en ello. Y ayer, Artur Mas se ha atrevido a decir que ERC no tiene más remedio que romper el Gobierno tripartito si sigue sin sumarse al acuerdo entre PSOE y CiU.