Los socialistas invitan a ERC a abandonar el tripartito catalán si no apoya el 'Estatut'
La salida de los republicanos dejaría al partido de Maragall en minoría en el 'Parlament' y fortalecería la idea de un adelanto electoral Carod Rovira se ratifica en su negativa a sumarse al consenso
Actualizado: GuardarPSOE y PSC abrieron ayer la puerta a Esquerra Republicana de Catalunya para que abandone el tripartito catalán si persiste en su negativa a apoyar el acuerdo estatutario. Los portavoces de los dos partidos indicaron que no tendría sentido la continuidad de los republicanos en el Ejecutivo autónomo si se descuelgan del proyecto prioritario de la legislatura. El líder de ERC, Josep Lluis Carod Rovira, acudió por la tarde al Palau de la Generalitat para reunirse con Pasqual Maragall y analizar la crisis.
Los socialistas están empeñados en que ERC rectifique su rechazo al Estatut y ayer echaron sendas paladas de carbón en la caldera de la presión sobre los republicanos. El secretario de Organización y portavoz de la ejecutiva, José Blanco, apuntó que sería incomprensible que la formación de Josep Lluis Carod Rovira «pueda seguir en el Gobierno» catalán si tacha de «fracaso» la reforma estatutaria acordada, máxime cuando el proyecto es «la prioridad» de la actuación del tripartito. El portavoz del PSC, Miquel Iceta, indicó a su vez que habrá «un sobresalto importante» en el tripartito si ERC persiste en desmarcarse de sus socios.
Estrategia más dura
El endurecimiento de la estrategia socialista para forzar el «sí» de los republicanos se produjo pocas horas después de las conversaciones telefónicas que mantuvo este fin de semana Rodríguez Zapatero con los dos líderes de la formación, Carod Rovira y Joan Puigcercós. El presidente del Gobierno trató de convencer a sus interlocutores del error que supondría no incorporarse al consenso. No hubo ningún compromiso por parte de los dirigentes de ERC. Hoy se celebrará una nueva reunión entre una delegación socialista encabezada por su portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba, y otra de los republicanos liderada por Puigcercós.
Entretanto, Blanco pidió a ERC que «reflexione» sobre las consecuencias de su postura, ya que implicaría que la reforma que salga de las Cortes tendría menos consenso que la aprobada por el Parlament. El dirigente socialista no quiso aventurar si el desacuerdo podría desembocar en un adelanto de las elecciones catalanas, aunque apuntó que el partido que se transforme en «un obstáculo para que el barco llegue a buen puerto lo pagará en las urnas».
Iceta echó más leña al fuego y dijo comprender «la buena intención» de ERC al diferenciar su desacuerdo estatutario de la estabilidad del gobierno catalán, si bien recordó que hay ocasiones en que «las buenas intenciones no son suficientes» y preguntó a los republicanos: «¿cómo pueden seguir en el Gobierno con unos que han hecho un Estatut que consideran que es negativo?».
El socio menor del tripartito, Iniciativa per Catalunya, también se sumó al coro socialista y recordó a Esquerra que sería bueno que todos los que apoyaron el texto estatutario en la Cámara autonómica hicieran lo propio en el Congreso, pero si no es así el proceso seguirá porque «nadie es imprescindible».
Incluso desde CiU hubo presiones. El líder de la federación nacionalista, Artur Mas, consideró ayer que ERC «no tiene más remedio» que «romper» el tripartito si persiste «erre que erre» en no incorporarse al consenso.
ERC no respondió a los emplazamientos de sus socios, pero Carod mantuvo una discreta reunión de una hora con Maragall para analizar la situación. El líder republicano garantizó su lealtad al Ejecutivo autónomo a pesar del disenso y se ratificó en su negativa, por ahora, a sumarse al acuerdo. Fuentes de la dirección republicana indicaron que «ni por un momento» ha pasado por su cabeza la idea de abandonar el tripartito catalán. «En todo caso, que nos echen», indicaron en tono desafiante.
Elecciones anticipadas
La salida de ERC dejaría en franca minoría a Maragall en el Parlament, en el que tendría enfrente a una oposición de perfil nacionalista muy marcado, y además daría nuevos bríos a las voces que desde CiU reclaman un adelanto electoral. La federación nacionalista justifica su demanda con el argumento de que la entrada en vigor del nuevo Estatuto de Cataluña, el próximo otoño tras la celebración del preceptivo referéndum, requiere un nuevo gobierno para gestionarlo.
La hipótesis del anticipo no se contempla en el Ejecutivo catalán por razones de índole electoral-todo parece indicar que sería CiU la formación que mejor rentabilizaría la reforma estatutaria-, y estratégica -hay un amplio programa de reformas sociales por desarrollar en los dos años que restan de legislatura.