«Prefiero jugar al baloncesto antes que verlo por la tele»
Gracias al deporte de la canasta Mariola conoce muchos sitios de España; ahora juega en el Chajeba mientras trabaja en una fábrica de cemento
Actualizado: Guardar-¿Cuándo comenzó a jugar al baloncesto?
-En el colegio ya destacaba por mi altura. Un buen día en el campus de verano de Drazen Petrovic, en el año 88, vinieron a verme entrenadores de Málaga y, por lo visto, les gusté. A partir de ahí, me enganché a la canasta.
-¿Acudió Drazen Petrovic a ese campus?
-No, no vino. Estaba previsto que lo hiciera pero al final, el que acudió fue Danko Cvjeticanin, el ex de Estudiantes.
-Se fue muy joven de su casa, ¿no?
-Así es, con tan solo quince años, en categoría cadete, me fuí a Málaga para jugar. Fue duro al principio, pero finalmente, me adapté.
-En la Costa del Sol existe mucha tradición al deporte de la canasta.
-Muchísima tradición. El pabellón Ciudad Jardín siempre estaba a tope. A los malacitanos les sigue una gran masa social.
-¿Compensa salir de casa tan joven?
-Para mí sí. Es muy gratificante vivir en distintas ciudades porque se conoce a mucha gente. Eso es lo mejor.
-¿Cómo compagina el baloncesto con el trabajo?
-Como puedo. Trabajo en la fábrica de cemento Holcim y divido mi tiempo entre el trabajo y el deporte.
-¿Se ha perdido alguna vez algún encuentro por motivos laborales?
-Alguno me he perdido, pero no muchos. Para mí el baloncesto es un hobby, lo practico en mi tiempo libre, no al ritmo de un profesional.
-¿Sigue el baloncesto femenino?
-Me encanta el baloncesto femenino, pero prefiero jugarlo a verlo por la televisión. Hace poco estuve en León viendo la final de la Copa de la Reina que ganó el Perfumerías Avenida.
-¿Cómo se define como baloncestista?
-Soy una jugadora silenciosa, que hace una labor oscura dentro de mi equipo. Muchos dicen que durante el partido no se me ve mucho, pero que luego mis números son muy buenos. Además, juego en una posición difícil porque ahí lo hacen muchas americanas.