La próstata y el prefijo

LOS señores de la política cada día hilan más fino. Tenemos el caso de socialistas y populares, dos mundos enfrentados sin concesiones en el luminoso orden andaluz. Dos maneras muy diferenciadas de entender el cultivo del voto y las relaciones inter pares con otras fuerzas políticas. Y, ahora, esas diferencias que a veces rozan lo sideral se magnifican y concentran en el prefijo 'RE'. Es el más difícil todavía, algo tan asombroso como reducir el ancho mundo amoroso en una caricia tan sutil que resulte más presentida que percibida.

Porque mientras se cerraba ayer formalmente (ya veremos a partir de hoy) el portalón de la ponencia parlamentaria donde se cuece la reforma estatutaria andaluza, y el jefe Chaves hablaba de la incorporación de los populares al seno de la madre ponencia, la gente de Arenas hablaba de 'REincoporación' al marco negociador. Es decir, según los cargos del PP nunca se fueron, se ausentaron, que no es lo mismo. Y tienen razón, porque lo dijeron y lo cumplieron, ya que no conocían, ¿recuerdan?, «los pactos secretos» de la negociación sobre el Estatut.

Y ausentarse es, como se sabe, un breve paréntesis, una ausencia que tanto sirve para encender un pitillo en estos tiempos de fundamentalismo antitabaco como, a los afectados por la próstata, para hacer un pís. Lo que ha ocurrido es que el pís fue largo e intenso y al (re)incorporarse la gente de Arenas el jefe Chaves ya tenía cerrada virtualmente con Diego Valderas la nueva partitura estatutaria. ¿Qué hacer ahora con el PP? Pues enviarlo al especialista médico para el tratamiento adecuado o, por el contrario, darle cancha negociadora a fin, como ha dicho acertadamente el presidente de la CEA, de engordar el escuálido número de los signatarios de la reforma.

¿Y que sucedió con el PA? Los andalucitas están bien de la próstata, al parecer, porque se marcharon y hasta hoy. Aunque dicen que estarán en el gran ceremonial parlamentario de la reforma estatutaria para presentar y dar a conocer con solemnidad su alternativo proyecto de estatuto. Tiempos intensos los que corren.