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REINCORPORACIÓN. Sólo el PA faltó a la última sesión de la ponencia, a la que sí se sumó el PP. / EFE
ANDALUCÍA

El nuevo Estatuto llega al Parlamento con los únicos votos a favor de PSOE e IU

El PP no suscribe el texto base porque lo considera un acuerdo de la izquierda radical, pero deja abierta la puerta del consenso al trámite en la Cámara Culmina el trabajo de la ponencia con la ausencia de los andalucistas

ANTONIO MONTILLA/SEVILLA
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El nuevo Estatuto de Andalucía ha pasado su primer examen importante con un aprobado raspado en materia de consenso. El borrador elaborado por la ponencia parlamentaria, que ayer celebró su última jornada de trabajo, sólo ha sido suscrito por PSOE e IU. Ambas formaciones ostentan la mayoría cualificada para seguir adelante con esta tramitación. El PP, que se ha reincorporado de pleno a los trabajos, optó por no rubricar este acuerdo inicial. Sus representantes creen que se inspira en la izquierda radical y lo tildan de excluyente. El PA, por su parte, continúa sin acudir a las reuniones de la ponencia desde el 17 de enero.

Este posicionamiento ante el texto base del nuevo reglamento autonómico andaluz escenifica las estrategias de las cuatro formaciones inmersas en un debate en el que queda mucha tela que cortar. El anhelado consenso, el denominado Estatuto a cuatro, aún es posible, si se leen entre líneas las declaraciones de los portavoces de PSOE, PP, IU y PA. En una jornada marcada por la reflexión y el análisis del camino recorrido, se sentaron las bases para poder llegar juntos, o más unidos al menos, a la meta final: El referéndum al que se someterá el nuevo Estatuto en febrero de 2007.

Cierre de trabajos

El cierre de los trabajos de la ponencia no deparó grandes novedades. Los letrados del Parlamento entregaron a los parlamentarios una copia del último borrador -que consta finalmente de 216 artículos- al que se adjuntó el conocido acuerdo entre PSOE e IU sobre financiación -se reclama que Andalucía reciba el 50 por ciento de lo recaudado por IRPF e IVA, y el 58 por ciento de los impuestos especiales- e inversiones del Estado -que se cuantifican en al menos el 18 por ciento del total, siguiendo el criterio poblacional-. También se incorporaron los votos particulares de PP e IU.

A falta de otros alicientes, la gresca política volvió a ganar protagonismo. PSOE e IU reprocharon con dureza al PP que hubiera violado una de las bases de esta ponencia: Todos los grupos, independientemente de la presentación de sus votos particulares y reparos, habrían llegado a la resolución de firmar los trabajos de la ponencia.

Se trataba de un gesto más simbólico que efectivo, ya que el trámite de enmiendas comenzará el día 16 de febrero con el debate Parlamentario. El PP se ha defendido atacando. Desde las filas populares se apostilla que ha sido el PSOE el que ha roto el concierto inicial al cerrar con IU un acuerdo a dos. También resaltan que sería incongruente firmar un texto al que han presentado 181 votos particulares de un total de 216.

Manuel Gracia, presidente de la ponencia y portavoz del PSOE, definió la postura popular como una tomadura de pelo y les recuerda a los populares que abandonaron de forma unilateral e injustificada la ponencia.

La cuestión del rodillo

Antonio Romero, uno de los dos ponentes de IU, recalcó que no existía ningún pacto de la izquierda andaluza y que, ni mucho menos, se ha excluido a nadie del proceso. La portavoz de esta coalición, Concha Caballero, remachó esta idea definiendo su postura ante el borrador de la reforma como un apoyo crítico. Defienden su argumento con los cien votos particulares que han presentado a la propuesta base. Ninguno de los dos dejó escapar la posibilidad de enfatizar que sin el apoyo de IU, se hubiera paralizado la reforma.

¿Ha aplicado el PSOE el rodillo de su mayoría absoluta en esta primera fase de elaboración, tal y como le reprochan populares y andalucistas? Los socialistas aseguran rotundamente que no. Su argumento va respaldado por las siguientes cifras: Más del 80 por ciento del nuevo articulado cuenta con el voto a favor del PSOE y, al menos, otro grupo parlamentario más. El mayor entendimiento lo han tenido con IU -50 por ciento de los acuerdos-, mientras con PP y a PA han sellado un 15 por ciento de alianzas, respectivamente.

Las heridas entre los cuatro protagonistas se antojan reconciliables. Los andalucistas siguen manteniendo el tono más aguerrido contra las inversiones que el Estado ha pactado con Cataluña . Caballero les sacó un poco los colores: «Me voy al Estatuto alternativo que ha publicado el PA y me encuentro con la sorpresa de que se les ha olvidado el capítulo de inversiones, es decir, protestan porque creen que serán pocas, pero ellos no reclaman nada».