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Alta tecnología para aprobar en la UNED

Los 3.500 alumnos de la Universidad a Distancia están en estos días de exámenes, para los que se ha dispuesto un sistema informático para evitar que nadie se copie

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La tecnología de la Universidad no se queda en los laboratorios, donde los científicos descubren nuevas maneras de purificar el sabor del vino o cortar la fibra de carbono sin dejar escalones. Los más avanzados ingenios se emplean en el día a día de la vida universitaria. El caso más claro se encuentra en la Universidad a Distancia, que desde hace un par de cursos dispone de un sistema informático de control y distribución de exámenes para evitar la tentación de copiar.

El sistema, llamado valija electrónica, es simple en su funcionamiento. El alumno llega al centro adscrito de la UNED, que en el caso de la provincia de Cádiz está en la plaza San Antonio de la capital, e introduce su carnet universitario en un ordenador con lector. El ordenador identifica al alumno y la asignatura de la que se va a examinar. El programa desencripta el examen, que ha llegado previamente en un CD en clave, y lo imprime con un membrete en el que aparecen no sólo los nombres del alumno, sino también donde debe sentarse. «El ordenador los distribuye de tal manera que nunca coincidan juntos dos alumnos de una misma asignatura», comenta Joaquín Martínez, secretario del centro de la UNED en Cádiz.

Una vez que el alumno ha recogido su examen ya no hay marcha atrás. El sistema manda a Madrid la información de que Fulanito de Tal se ha presentado a la convocatoria. «A pesar de que tenemos la puerta de salida cerrada, antes muchos alumnos al ver que el examen era difícil se iban, ya que en febrero hay una segunda convocatoria», explica Martínez. Otros optaban por rellenar el examen y poner un nombre falso (aquí el ingenio del alumno hace que personajes como Espinete o Popeye se presenten a pruebas de Cálculo Avanzado y que respondan a la evolución de los asirios). «A pesar de que ya se sabe quien se presenta a los exámenes, aún queda quien prueba suerte e intenta irse sin hacerlos... obviamente, queda detectado de manera inmediata», abunda Martínez. Es más, cuando el alumno termina su control debe pasarlo por un lector de códigos de barra que hay en la sala de examen, que certifica que su prueba ha concluído. «Cuando el último alumno ha entregado el examen de inmediato se comprueba si ha ocurrido alguna irregularidad».

Organización

Una de las principales ventajas de este nuevo sistema ha sido el facilitar la distribución de los alumnos, que en apenas un minuto reciben su examen y pueden iniciar su prueba. «Antes, para unos 30 alumnos, había que empezar a organizarlo todo tres cuartos de hora antes; el tribunal llamaba a los alumnos por las distintas materias que se presentaban a esa hora a examen, los sentaba en lugares dispares y, cuando toda la clase estaba sentada, empezaba el examen. Ahora, llegan, introducen su tarjeta y ya tienen su examen, en cuatro minutos todos están sentados y con su prueba delante», explica este responsable de la UNED.

Emergencia

«Hay un sistema de valija de emergencia que funciona con generadores. Como es natural, no sería lógico que por un corte de luz no funcionase el sistema y no pudiesen llevarse a cabo los exámenes. Este sistema de emergencia consiste en un ordenador portátil y una impresora que están conectados a un pequeño generador eléctrico, de tal suerte que son independientes del resto de la instalación eléctrica. En caso de apagón, un miembro del tribunal introduce los códigos para que se desencripten los exámenes y se les entrega a los alumnos. Eso sí, en este caso ellos deben poner su nombre, puesto que el ordenador portátil no tiene lector de tarjeta. En el tiempo que lleva funcionando la valija electrónica aún no ha habido necesidad de emplear este sistema supletorio. «Hay que tener en cuenta que si, por cualquier causa, no se puede hacer el examen en un centro de la UNED, el examen queda invalidado para toda España», detalla Martínez.

Viaje a Madrid

Una vez que los alumnos han terminado sus exámenes y los entregan, éstos son almacenados en unas cajas fuertes que trae consigo el tribunal examinador y cuya llave sólo poseen su miembros. Estas cajas tienen diferentes carpetas con las asignaturas, en los que también se especifica que los exámenes provienen de Cádiz. La capacidad que tienen estas cajas es de la mitad de alumnos que está matriculado para cada una de las asignaturas. «Ese es el cálculo aproximado que se hace de personas que se presentarán a las pruebas aunque siempre acuden muchos menos alumnos», detallaba Joaquín Martínez.

El viernes concluyó la primera fase de exámenes de la UNED. El 6 de febrero se iniciará la segunda ronda, a la que siempre acuden muchos más alumnos y para la que hay otro tribual.