Los gaditanos reciclan casi cuatro veces menos teléfonos móviles que en el año 2003
En dos años se recogieron 73 kilos de celulares de distintas marcas o modelos junto a sus baterías y accesorios La provincia ocupa la quinta posición en el reciclaje
Actualizado: GuardarRenovar o morir. Una disyuntiva que lleva a decenas de gaditanos a cambiar de teléfono móvil cada 18 ó 24 meses de media, que es el tiempo de vida de estas nuevas tecnologías, ya que cada año en España entran en el mercado cerca de quince millones de móviles. Ése cambio supone a más de uno ver en el cajón de su cómoda cómo se acumulan los terminales. Así, en España se estima que existen unos veinte millones de teléfonos móviles listos para el reciclaje como residuos electrónicos.
Con este propósito la Fundación Tragamóvil instaló hace cinco años puntos de recogida de móviles en Cádiz, que en 2003 reciclaron 60,4 kilos mientras que en 2004 la recogida disminuyó a 13,05 kilos, lo que supone que los gaditanos reciclaron casi cinco veces menos celulares que en el año 2003. En el cómputo regional la cifra a falta de los datos de 2005 son de 11.719 kilos celulares cuando en España, incluidos los del año pasado, la cifra se encuentra en 287.654 kilos.
Según el responsable de Asimelec, Gabriel García, la reducción en el reciclaje en Cádiz se debe a que «algunas provincias concentran servicios técnicos que pueden distorsionar los datos de residuos recogidos; pero desde Tragamóvil se considera que cualquier residuo de telefonía que entrega un usaurio siempre es positivo, ya que a día de hoy a esta tipología de residuos el usuario le da un valor por lo que cuesta desprenderse de ellos».
Todos estos datos, contabilizados desde 2003, llevan a Cádiz con sus contenedores, bajo el lema No me tires... ¿Recíclame!, a que en ellos se encuentre cualquier modelo y marca de teléfono móvil junto a sus baterías y cargadores.
Iniciativa española
Tragamóvil se convierte, por tanto, en una iniciativa de recogida y reciclaje de residuos de telefonía móvil, que en concordancia con las políticas y programas de acción comunitaria en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible tiene como objetivo prioritario la protección y mejora del entorno.
En España, según los principales fabricantes, como Nokia, Alcatel, Samsung, Siemens y Sony Ericsson, el año pasado distribuyeron cerca de quince millones de teléfonos móviles, en torno al 20% más con respecto al 2003. Nueve de cada diez terminales sustituyeron a una anterior, por lo que doce millones de móviles se convirtieron en residuos electrónicos, que se han de recoger de forma controlada en gestores autorizados.
Aunque el cadmio ya no se utiliza en la fabricación de los nuevos móviles, una sola batería de este material bastaría para contaminar 600.000 litros de agua. Así, los celulares contienen pequeñas cantidades de metales preciosos, cristales líquidos y retardadores de llamada potencialmente contaminantes. Si se abandonan en los vertederos salvajes estas sustancias contenidas en la chatarra electrónica causarían un gran perjuicio al medio ambiente. El níquel y el litio, que han reemplazado al cadmio de los teléfonos móviles, son contaminantes, pero en menor escala.
Las compañías telefónicas están obligadas, ahora más que nunca, a retirar los móviles usados que contienen materiales nocivos como el mercurio, el plomo, el cobre o el cadmio. El responsable de Asimelec, Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones, Gabriel García, destaca que «en las ciudades pequeñas como en las grandes las tiendas de distribución de telefonía móvil deben jugar un papel importante al recoger en sus establecimientos las viejas terminales».
Sin embargo, son los servicios técnicos de algunas empresas y las grandes superficies comerciales los destinos de los móviles en desuso «porque las tiendas son para nosotros puntos más caros como gestoras de residuos porque recogen pocos y además algunos los utilizan para reparar otros», explica Gabriel García.
Fabricantes
La iniciativa corre a cargo de los principales fabricantes de telefonía móvil, con la colaboración de los tres operadores, el distribuidor Payma y el reciclador Indumental Recycling. Todos ellos por ley están obligados a responsabilizarse de los productos, que ponen en el mercado y que más tarde, se convierten en residuos. Una vez finalizado el proceso de reecogida selectiva, los teléfonos, las baterías y los accesorios se envían a la planta de tratamiento Indumental Recycling en Bilbao para su desmontaje y reciclaje.
Casi el 100% de estos materiales son nuevamente reutilizados por la industria como materia prima de otros productos, con lo que se evita su extracción de la naturaleza. Allí, se clasifican en metales, plásticos mezclados y demás plásticos, que se reciclan más tarde para volver a entrar en la cadena de producción.