AMPARO LARRAÑAGA ACTRIZ

«No hay que tener carné de famoso, sino de currante»

Dejó 'Periodistas' para disfrutar de su segunda maternidad. Ahora vuelve a interpretar a una reportera en la comedia de Antena 3 'Fuera de control'

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Hija y nieta de actores, Amparo Larrañaga (Madrid, 1963) siguió desde muy joven la estela de la familia. Su pronta maternidad, a los 20 años, le hizo comprobar cómo debe aplicarse una madre que tiene que seguir trabajando en su oficio. Su vida profesional ha estado entregada al teatro, que empieza a darle sus recompensas con la empresa familiar levantada con sus dos hermanos, Luis Merlo y Pedro Larrañaga, y que ha culminado en la apertura de un teatro propio, el Maravillas de Madrid. Se fue de Periodistas para vivir con tranquilidad su segunda maternidad y regresar con una comedia en Antena 3, Fuera de control.

-¿Por qué después de 'Periodistas' no quiso hacer televisión?

-Porque el teatro es mi vida. Coincidió también el nacimiento de mi hijo, que ahora tiene 6 años, y además creo que hay que distanciarse unos años entre una serie y otra para que olviden tu personaje. -Vuelve a encarnar a una periodista, Sonia, pero más alocada que la de la serie anterior.

-Sí, es todo un delirio. Sonia se define cuando dice que quiere ser feliz pero no tiene tiempo. Es una periodista de calle, con el micrófono en mano y una vida frenética en medio del directo diario. Torpe emocionalmente y egoísta.

-Con dos papeles como periodista, ¿qué ha aprendido de esta profesión?

-Respeto muchísimo el mundo del periodismo serio, que no vende su alma al diablo. Cumple una función social y educativa. Luego está ese periodismo entre comillas, como hay famosos que mercadean con las noticias. Nunca comercio con los sentimientos, e incluso cuando gente de mi familia lo hace me digo que allá ellos. Yo jamás saldría en una televisión a hablar de nadie. Hay maneras más dignas de conseguir fama.

-¿Necesita usted la fama?

-No. Me apasiona mi trabajo, me gusta muchísimo y quiero hacerlo bien. Eso es lo importante. Yo no salgo haciendo entrevistas si no tengo que defender un trabajo. Eso hace que el actor guarde ese cierto misterio necesario para que el espectador pueda creerse su papel. No hay que tener carné de famoso sino de currante.

-¿El ritmo en televisión es tan intenso como se cuenta?

-Los actores no tenemos derecho a quejarnos de la televisión porque se trabaja mucho, pero también se gana mucha pasta y hacemos algo que nos gusta.

-Las actrices se quejan de que hay menos papeles cuando empiezan a alejarse de los veinte años.

-Sí. En la serie tengo 39 años y siempre digo en pantalla que estoy al borde de los 40, cuando en realidad voy a cumplir 43. Y es que hay pocos personajes una vez pasas esa barrera, cuando hoy con cuarenta años eres todavía muy joven.

-Pertenece a un clan familiar que ejerce con éxito en el teatro. ¿Ha sido duro llegar a hacer empresa?

-El capo verdadero de esta compañía teatral es mi hermano Pedro. Empezó siendo una estructura chiquitita en la que yo interpretaba todas las funciones, pero ahora no es necesario porque ya tenemos contactos con muchas compañías.