Amor a golpe de ratón
Actualizado:Antes las parejas se formaban en la recolección del grano, las Lupercales, las fiestas de los pueblos, los palacios, las bodas, los balnearios. O dando vueltas alrededor de las plazas mayores, en los salones de la burguesía, en los bailes de salón, las congregaciones, las discotecas.
Los egipcios escogían pareja durante la recolección del grano, tres veces al año y medían la posible fertilidad de las muchachas siguiendo las instrucciones de un antiguo documento conocido como el Papiro de Berlín: «Pondrás cebada y trigo en dos sacos de tela que la mujer regará con su orina cada día, y también pondrás dátiles y arena en los dos sacos. Si la cebada germina primero, será un niño; si el trigo lo hace antes, será una niña. Si no germinan ninguno de los dos, la mujer no dará a luz». Los jóvenes romanos ponían en una urna los nombres de las muchachas casaderas del lugar y luego extraían los nombres al azar. La historia nos ha relatado cómo se conocieron los grandes amantes: Marco Antonio, Cleopatra, Mesalina, Lucrecia Borgia, don Juan, Abelardo, Eloisa, Calixto, Melibea.
Una encuesta realizada por el Instituto Francés de Opinión Pública revela que internet es considerado por el 43% de los europeos como «el medio más rápido y eficaz para encontrar pareja». Un estudio dirigido por el doctor Jeff Gavin, profesor de psicología de la Universidad británica de Bath, publicado en el Journal of Personal and Social Relationships asegura que el 94% de los internautas europeos que buscan pareja a través de la red vieron a la persona con la que quedaron en un primer encuentro, y que el 18% de las relaciones entabladas duraron un año o más y se consideran felices. Cinco millones de españoles están hoy registrados en páginas de búsqueda de pareja. Y el 6% paga por ello. Si viviera Celestina habría montado ya una empresa de contactos por internet. Y hubiera exclamado como entonces: «Y verás tu dicha y mi solicitud qué obraron».