LA ÚLTIMA...

Año de bienes en la Sierra

La comarca registra una nevada que provoca el corte de las carreteras

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Sierra de Cádiz acaba de saludar 2006 con la esperanza de hacer bueno el dicho de año de nieves, año de bienes. Luciendo un sol espléndido, la comarca vio ayer la luz transformada en una estampa de azúcar. El blanco de las casas de estos pueblos se hizo extensivo a la vegetación del parque natural Sierra de Grazalema y gran parte del de Los Alcornocales. Una intensa nevada, tan espectacular como la registrada en marzo del pasado año, cubrió fundamentalmente los términos de Villaluenga del Rosario, Grazalema y Benaocaz. Esta precipitación, que se inició de madrugada y que afectó ligeramente incluso a un núcleo donde la nieve siempre es esquiva, Ubrique, provocó que la Guardia Civil dispusiera el corte de tres carreteras de la Sierra: la A-372 y la CAP-5311, en Grazalema, y la CAP-4211, en Alcalá del Valle. El tráfico quedó interrumpido desde el casco urbano grazalemeño hasta los puertos de las Palomas, de 1.357 metros, y el Boyar, de 1.103 metros. Por supuesto, la nieve era magestuosa en el Pico del Torreón de la sierra del Pinar, de una altura de 1.654 metros. Las previsiones habían indicado que la precipitación adoptaría forma de nieve a partir de los 300 metros de altitud sobre el nivel del mar, y se cumplieron con creces.

En la parte occidental de Los Alcornocales se volvió a repetir la escenografía del año pasado, con una inédita panorámica de nieve sin solución de continuidad desde el Mojón de la Víbora, de 595 metros y situado a 10 kilómetros del casco urbano de Ubrique, hasta el Berrueco y sus aledaños.

La gran afluencia turística, propia de los fines de semana en la Sierra, y que fue en aumento a partir de mediodía, cuando se difundió la noticia de la gran nevada caída sobre la comarca, se vio sorprendida por esta inclemencia meteorológica, que los visitantes saludaron como todo un privilegio: la experiencia no es frecuente en Cádiz y muchos a la vuelta a sus lugares de residencia, gozaron con el hielo sobre la carrocería de sus vehículos. Hubo, no obstante, numerosas retenciones por las largas caravanas de coches que se formaron en la vía que une Benaocaz con el puerto de los Alamillos, en el cruce que bifurca el camino a Grazalema y Ronda. El enclave de Villaluenga, en concreto, dejó de divisarse con claridad desde cierta distancia al confundirse su fisonomía con la alfombra blanca que lo invadió.

Fue necesaria también la intervención de máquinas quitanieve, lo que convirtió el fenómeno en un acontecimiento aún más inédito, porque no es habitual en estos pagos ver actuar a estos vehículos pesados.

El paisaje de la Sierra de Cádiz volvió a poner ayer la nota atractiva de la provincia, y se vistió tal como lo hace habitualmente Sierra Nevada.