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Promesas incumplidas

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En el verano de 1999 el alcalde de Barbate, Juan M. de Jesús Núñez, junto con el delegado Municipal de Urbanismo y un representante de Aguas La Janda, presentaron ante 300 vecinos el anteproyecto de acometida de agua potable y alcantarillado para Zahora y Caños de Meca: «Los vecinos podrán tener agua el verano de 2001» (D. de C. 29-8-99).

Meses después, el entonces delegado Provincial de Obras Públicas, José de Mier, declaró que «no es necesario, como dice el alcalde de Barbate, realizar una revision del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para llevar el agua a los Caños y a Zahora, porque es algo que se puede hacer con la actual Ordenación». Pero el alcalde ya había contratado al equipo redactor, la empresa Territorio y Ciudad, dirigida por el arquitecto Manuel Fustegueras para que elaborase la Revision del PGOU, cuyo Avance fue aprobado en mayo del 2004 con el rechazo de la población, especialmente de los habitantes de las pedanías. Ni se tuvo en cuenta el Convenio de Colaboración firmado con la Asociación de vecinos Costa de la Luz, ni se atendieron las peticiones de legalización de sus viviendas y negocios.

Según el alcalde «se legalizarán las viviendas y tendrán agua cuando se apruebe este nuevo PGOU», pretendiendo de este modo vincular al mismo cualquier mejora de infraestructura.

Sin embargo, mientras tanto, el Ayuntamiento sí ha dado su aprobación para que se construya un complejo de 97 apartamentos en Los Caños de Meca, a pesar del requerimiento de anulación emitido por la Delegación Provincial de Obras Públicas, y hace lo imposible para que se lleve a cabo una modificación puntual mediante la que se pretende recalificar unos 300 mil metros cuadrados de suelo rústico de «llanos aluviales», junto al Tómbolo del Faro de Trafalgar, para construir en este maravilloso paraje natural 950 plazas hoteleras, que sí podrán beneficiarse de la red de agua cuya, red principal ya ha sido instalada con fondos públicos.

El alcalde quizás prefiere ignorar los millones que llevan gastados sus conciudadanos de Zahora y Los Caños en el agua embotellada que compran para beber desde hace muchos años.

¿Acaso cree conveniente o justo que se construyan estos grandes hoteles sirviéndose de la red del agua potable pública mientras los vecinos siguen sin tener este servicio básico? Porque tiene la pinta de que se pretenda que sea así.

En tal caso, si además se sigue gastando en otros menesteres todo el dinero que se recauda en Zahora, que es evidente que esta población necesita que se invierta aquí, como por ejemplo para, además del agua, mejorar los accesos y caminos, el transporte urbano, el puesto de atención médica, conseguir ordenadores para el cole, hacer seguimiento y mejora de la recogida de basuras, etc; nos veremos en la obligación de exigir responsabilidades a nuestros mandatarios municipales por obviar reiteradamente esta situación de falta de servicios básicos, por dejadez de funciones, por el agravio que se le está causando a la población de Zahora. A ésta se le niega el acceso a unos servicios dignos y a la regularización de su actual situación, y tendremos que pedir explicaciones de por qué ese dinero nunca se ha invertido en Zahora y el porqué no existe ya un marco legal que regule la zona.

Sin éste será imposible cumplir con ciertas obligaciones y no por ello se puede descalificar a la gente ltachándola de «ilegal» y privarla de sus derechos como ciudadanos.

José A. Mármol Román. Zahora