Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizActualidad
Artículos

Descontrol

JOSÉ JAVIER ESPARZA/
Actualizado:

TVE 1 ha estrenado Fuera de control, su nueva apuesta de ficción. Y, en efecto, parece mentira: parece mentira que todo lo que la primera cadena pública del país pueda aportar sea una comedia tan primaria y leve. Supuestamente, Fuera de control' ahonda en el mundo de la tele visto desde dentro; eso hay que tomárselo como motivo de ambientación, porque el retrato es bastante superficial.

Globomedia ha presentado el producto como «una serie familiar e innovadora». Aceptaremos pulpo como animal de compañía porque la publicidad tiene sus propias leyes, pero no nos engañemos: Fuera de control no es ni una cosa ni otra, tiene algunos buenos momentos -sobre todo por la pericia de los actores- y se ve sin esfuerzo.

Pero nada más. Hay algo que suena como a falsete en el planteamiento de este relato. Es como si los guionistas no supieran el tono que tienen que dar a la historia. No se puede pasar con tanta soltura de una atmósfera de comicidad primaria a otra de pretensiones trágicas. O mejor dicho: sí, se puede, pero previo requisito de un cierto talento. Si ese talento no concurre, el espectador se sentirá perplejo y desazonado al ver, por ejemplo, cómo pasamos de la bromita sexual sobre tetas, culos y tiburones a la escena del suicida en el balcón, no en vano rubricada con una exhibición de calzoncillos.

Con unos mimbres así, todo el buen trabajo que puedan hacer los actores queda tocado. Los principales protagonistas del relato -Amparo Larrañaga, Loles León, Joaquín Kremel, Pedro María Sánchez- imprimen a sus trabajos una sobreactuación cómica que, dado el contexto, hay que juzgar deliberada, y como son buenos actores, el espectador acepta entrar en el juego. Pero hay que echar voluntad para afirmar que esto es lo que estaba haciendo falta en la pública. Fuera de control es una telecomedia de factura decente y aspiraciones limitadas. Como tantas otras. En su estreno convocó a 3,7 millones de espectadores, por encima del 20% de share. Si mantiene esas cifras, durará. Si no, no.