Cuatro son dos
Actualizado:PSOE e IUCA caminan juntos después de constantes desencuentros a lo largo de los tiempos pasados por el camino verde de la reforma estatutaria, mientras PP y PA se dan mutuamente sombra como hijos pródigos de la política andaluza. ¿Estamos ante dos Andalucías? Para nada, aunque ya hubo algunos intentos, más desvaídos y ridículos que visibles, por parte de determinados notables de tertulias de casino en los años de la transición política.
Aunque don Antonio Domínguez Ortiz ya dijo «en realidad hay ocho Andalucías, como la división provincial». Y tenía sus argumentos el ilustre historiador al que tanto recordamos. Volviendo a las alianzas entre los grupos parlamentarios andaluces, que se antojan más coyunturales y prosaicas que de largo alcance y doctrinarias, es muy complicado precisar el grado de coincidencia entre las parejas Chaves-Valderas, Arenas-Álvarez. ¿Se quieren entre ellos, se admiran, se intercambian libros y citas de los padres helenos? Sería bueno que al menos se respetasen.
En cualquier caso, la manija de la cosa la tiene la pareja Chaves-Valderas. O con ella o a la dura intemperie. De ello sabe mucho el PP andaluz, que lleva más tiempo al raso que Robinson Crusoe. De todas formas, el juez Zoido, pareja política de hecho de Arenas, aseguró ayer formalmente que el PP estará presente en el tramo final de la negociación de la reforma estatuaria. ¿Y que harían los andalucistas si se conformara el anuncio? De momento ya piden un «estatuto igual que el catalán» para regresar al regazo de la negociación. Y hay que pensar que se refieren sustancialmente al término nación. Y no habría problemas, tal como está el patio, si lo demandara un setenta u ochenta por ciento de la sociedad andaluza, pero la realidad es esquiva: apenas llega al cuatro por ciento los que están a favor de tal denominación.
Pero el PA, en cualquier caso, tiene más que acreditada su capacidad de supervivencia, aunque sea, como Saturno, devorando a sus hijos más preclaros. Al final, ya lo verán, nadie se hará el harakiri.