Huele a febrero
Actualizado: GuardarMacondo huele a guayaba. Y a banano. Dicen que Nueva York huele dulce, mezcla de vainilla y ambientador de hotel; y a moqueta sobada. Que Viena desprende olor a chocolate caliente porque hace mucho frío. Que Camaguey huele a melaza. Londres a lana mojada. Lima a moho salino. Brest a algas secándose al sol. Y Vigo a salitre. Que Teruel huele a piedra. Jaén a aceite. Oporto a pescado. Y Sevilla a azahar... Es el olor de las ciudades.
Hay quien dice que Cádiz huele a mezcla de marea baja y humedad. Pero desde La Pestiñá el sentido olfativo se abre a nuevas sensaciones... Cádiz huele a febrero por Tinte, por El Mentidero, por Plata, por Veedor, por Lubet, por Viudas, por Torre, por San Félix, por Pericón, por San Pedro, por Los Callejones, por Rosario Cepeda (...con perdón). Huele a saturnales, a carnavaleti. Y no la voy a vender yo como el Fitur (antes mi alma al diablo), pero un guioncito para un spot, vale: «Por el Yuyu (esto ya con acento argentino), por las Ninfas, por el Cabra, por el Sheri, por el Mellao, por Ketama (pélate ya, juaqui), por Manolo Santader (cero, Cádiz dos), por la Teo (de Santander, cero, Cádiz dos), Porromán (el hombre porro... vaya errata del güindo equispé... virus de febrero, fijo), por El romancero (...Cádiz dos), por Los hijos secretos de Ángel Cristo, por Los que cosen pa la calle, por Los que aparcan en San Juan de Dios (...eso sí que es una chirigota), por Napoleón y Pepebotella (¿vámono con ella!), por Manzorro (el hombre polivalente), por Monforte (inventor de los papelillos de cazón), por el Love (me ha ido del carajo con esas grageas, gracias), por los romanos (que nos trajeron los ostiones de Ostia), por los moros (que nos trajeron el Cerro), por los cristianos (ya puesto... con las dos manos), por el Carapapa, por el que asa las papas (y se columpia con el precio de la papa), por el que vende los globos (que ha subido el IPC que le ha salido del nabo), por Pablo... ¿Pablo? ¿y quién es Pablo? (...me he confundío de anuncio), por los godos, por los flacos, por los que van de legal, por las ilegales, por los vecinos de San Pedro, por los de Lubet, por los de Portería de Capuchinos, por mi cuñao (ya le dejé al niño la cinta de Torrente III), por ti, por mí, por todos... ¿No mearse en las calles, hombre!».
No veas cómo huele febrero.