La OPA del rajá del acero
Actualizado: GuardarCuando en abril de 2005, el indobritánico Lakshmi Mittal tuvo la osadía de comprar por 4.500 millones de dólares el Internacional SteelGroup (ISG) de Cleveland, Estados Unidos, lo primero que hizo fue fusionar su empresa privada (LNM Group) con la división más pequeña que cotizaba en Wall Street (Ispat International). Y se pagó así mismo un dividendo de 1.500 millones de dólares. Mittal, el hombre que ayer lanzaba una OPA hostil sobre Arcelor por la friolera de 18.600 millones de dólares, trabajaba veinte horas diarias hace quince años como jefe de fusiones y adquisiciones de la empresa de su familia en Rotterdam. Hoy con una fortuna personal de 25.000 millones de dólares es el tercer hombre más rico del mundo, tras Bill Gates (46.500 millones) y Warren Buffet (44.000).
Su éxito ha sido apostar por la globalización del sector siderúrgico cuando la sobredimensionada, decadente y ruinosa industria era nacional o regional y se vendía a precio de ganga porque sus trabajadores llevaban meses sin cobrar. Comenzó su ascensión comprando las plantas de acero estatales de Ucrania por 4.800 millones de dólares y siguió con las acerías de Kazajistán, Polonia, Rumania, Argelia, República Checa, México, Sudáfrica y Canadá. Propietario junto con su familia del 90% de las acciones de su empresa, tiene hoy fábricas en 14 países con un valor de mercado de 20.300 millones de dólares. Factura al año 31.500 millones de dólares y tiene unos beneficios de 6.800 millones. En septiembre pasado compró por 338 millones de dólares una participación en la acería china Hunan Valin. Y planea comprar acciones de otro grupo siderúrgico de Baotou, también en China. Tiene mérito. Sólo que apenas paga impuestos, se beneficia de exenciones fiscales y privilegios políticos gracias a sus aportaciones a las campañas electorales de Tony Blair, entre otros políticos, y la mayoría de sus empresas están registradas en el paraíso fiscal de las Antillas Holandesas.