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Hamas no renuncia a Jerusalén ni al derecho al retorno de los refugiados

Israel lanza una campaña diplomática para aislar al nuevo gobierno palestino tras el triunfo arrollador de los fundamentalistas islámicos La Liga Árabe pide a los radicales que reconozcan al Estado hebreo

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Las horas posteriores a la victoria arrolladora de Hamas en las elecciones del miércoles han estado jalonadas por declaraciones de los dirigentes fundamentalistas, quienes ayer subrayaron que no tienen la menor intención de renunciar al cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Disposiciones que servirán sin duda de referente al nuevo gobierno a constituir en los próximos días.

Se pone fin de este modo a la época vacilante y plena de ambigüedad que ha caracterizado a la infructuosa política del responsable de la ANP y que ha costado el alienamiento de una gran parte de la población de Cisjordania y Gaza.

Paralelamente, Israel ha puesto en marcha una campaña diplomática para convencer a los países occidentales de que aíslen a cualquier Ejecutivo fundamentalista. Pone voz a la ofensiva la nueva ministra de Exteriores, Tzipi Livni, quien en las últimas horas ha llamado telefónicamente a países proclives a las posiciones de Israel para convertirlos a la necesidad de un efectivo boicot a Hamas. Sin embargo, nada garantiza que esta ofensiva vaya a lograr sus fines a medio y largo plazo. Al día de hoy, el Gobierno hebreo todavía mantiene una actitud prudente, a la espera de cómo evolucionan los acontecimientos, al igual que la mayoría de los países occidentales.

Los dirigentes de Hamas, por su parte, se han mostrando cautos y ninguno ha hecho referencia a la carta fundacional del grupo, donde se exige el establecimiento de un Estado en toda la Palestina histórica. Sí han manifestado, no obstante, que no entra en sus planes reconocer a Israel. Desde su exilio en Damasco, el máximo líder de los fundamentalistas, Jaled Mashal, expresó su intención de viajar a Gaza y, en las últimas horas, se han llevado a cabo consultas internacionales a tres bandas entre Israel, Estados Unidos y la Unión Europea para sondear si era posible, es decir, si Tel Aviv autoriza el regreso del jefe de la oficina política de Hamas.

Mashal ha dejado claro que para su grupo carece de valor la Hoja de Ruta: «Un plan de paz patrocinado por los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, y bendecido por Israel es inaceptable para nosotros», enfatizó ayer. También manifestó que «la lucha armada es necesaria», puesto que Hamas no cree que Israel vaya a cumplir por voluntad propia las resoluciones del Consejo de Seguridad y a retirarse de los territorios ocupados, de no persistir en la presión de la lucha armada.

Sin embargo, no desautorizó el pacto alcanzado por la ANP con Israel en febrero del año pasado y que contemplaba una tregua de facto. Los fundamentalistas lo han venido observando escrupulosamente y sólo de forma ocasional ha sido trasgredido en acciones de menor importancia, y casi siempre en respuesta a los ataques del Ejército israelí.

«Vamos a mantener nuestros principios, nuestra oposición a la ocupación, Jerusalén, el derecho de retorno y la liberación de todos los prisioneros», explicó el número uno de la lista general de Hamas, Ismail Hanniya. Aunque señaló que su política será pragmática y aceptará algunos hechos consumados como los acuerdos de Oslo y otros firmados por los palestinos con Israel en los últimos años y que hasta ahora los integristas habían rechazado. «En los acuerdos de Oslo se cede territorio árabe, pero son un hecho y nosotros no estamos pidiendo lo imposible. Hay acuerdos que son hechos consumados y por lo tanto deberían ser aceptados sin que ello implique que sean legítimos», explicó.

Los próximos días, Hamas deberá adoptar decisiones significativas, como la de designación de primer ministro. De hecho, se barajan algunos nombres, como el propio Hanniya, o Muhammad Abú Tir, vecino de Jerusalén y que fue el número dos de la lista general, o Hasan Yusef, elegido diputado por la circunscripción de Ramala.

Reconocimiento

El secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, manifestó ayer que Hamas tendrá que reconocer pronto la iniciativa de Beirut, en la que los países árabes acordaron que la solución del conflicto pasa por la retirada israelí de los territorios ocupados en cumplimiento de las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad. A cambio, se comprometen a reconocer a Israel. Aunque esta iniciativa choque hoy con la voluntad hebrea de permanecer en los territorios ocupados en 1967, rechazada por Sharon.

Uno de los principales líderes de Hamas en Gaza, Mahmud al-Zahhar, descartó que su grupo vaya a reconocer a Israel. «¿Por qué tendríamos que hacerlo? ¿Acaso Israel quiere reconocer el derecho de retorno del pueblo palestino? ¿Acaso va a reconocer un Estado palestino con Jerusalén por capital?».

Mientras tanto, el primer ministro en funciones, Ehud Olmert, no ha decidido si transferirá al Gobierno de Hamas los impuestos recaudados por los productos vendidos en territorio palestino. Algunos sondeos indican que la mayoría de la población hebrea es partidaria de negociar con los fundamentalistas, algo que Olmert ha descartado.