Poner el broche a enero
El Cádiz intentará a partir de esta tarde rubricar la buena marcha con la que ha comenzado el año en Liga ante un Racing de Santander plagado de bajas
Actualizado: GuardarÚltimo partido de un dulce mes de enero para los cadistas. La visita del Racing -un rival que siempre se le ha dado bien al conjunto amarillo- pone fin a un mes donde la imagen del Cádiz ha dado un giro de 180 grados.
Todavía queda reciente el 4 de enero copero donde Espárrago disfrazó al once amarillo con su traje más estimulante. Los pocos aficionados que aquel día se dieron cita en Carranza para ver los octavos de final se frotaban los ojos tras contemplar como su equipo trataba como un pelele a todo un Sevilla. En un visto y no visto, los suplentes de entonces -en su mayoría, hoy titulares- se iban al descanso con un 3-0 poniendo en un brete al técnico charrúa -hasta entonces- obsesionado con un anquilosado once de Chapín. En tan sólo esos 45 minutos, acababan de cambiar muchas cosas en el Cádiz.
El mes continuó haciéndose más grande apenas cuatro días después. La imagen dada en Copa por los suplentes daba sus frutos y de la noche a la mañana arrebataron la titularidad a la columna vertebral del ascenso. Ante el Getafe en Liga repetiría la base del equipo que arrambló con el Sevilla hasta que Kanouté dijo basta. Resultado: segunda victoria en casa y la confirmación de un hecho: las vacas sagradas (Pavoni, Oli, Suárez, Fleurquin y compañía) pasaban a la reserva.
Continuaba enero con la proeza de aguantar el bombardeo del Pizjuán. La vuelta ante el Sevilla Espárrago fue fiel a su filosofía y alineaba a un once repleto de suplentes. El juego brilló por su ausencia pero relució la casta. Los menos habituales defendieron con uñas y dientes la diferencia que traían de la Tacita liderados por un Limia incomensurable. El meta argentino, saliéndose de lo previsto, daba un toque de atención a Armando y desde aquel día
pasaba a convertirse en el primer sustituto del vasco.
Pero lo mejor del mes estaba por llegar. El Cádiz llegaba a La Rosaleda huérfano de gol y se iba
de la Costa del Sol con un matador del área. El cacique Medina dio un recital goleador no sin algunas dosis picaresca. La afición comenzaba a ilusionarse con las primeras flechas del ya pichichi del equipo (igualado con Sesma y Pavoni).
Volvía a Carranza la Copa y con ella el manchón de enero. Espárrago apostó a lo mismo que hasta ese momento le salió bien. Pero no contó con el tremendo bajón anímico de los que hasta entonces habían ocupado su ojito derecho. La vieja guardia compuesta, entre otros, por los Pavoni, Suárez, Oli o Fleurquin eran pasados por encima por un nada del otro mundo Espanyol. La hinchada se despertó del sueño de Copa pero para sólo tres días más tarde volver a fabricar otro nada más y nada menos que en el Bernabéu.
Pese a lo que muchos le costaba imaginar, Espárrago fue a por todas sin importarle el rival que tuviera en frente. El charrúa a punto estuvo de cerrar aquellas bocas que le demandaban una mayor implicación con la Copa para acudir al coliseo del mejor club del mundo con las sobras. El entrenador uruguayo estaba de sobra mentalizado para ganar Madrid y de no ser por las grietas de la barrera los Carnavales se habrían adelantado en Cádiz. El cadismo tocó el cielo cuando el cacique adelantó al Cádiz para desfase emocional de 6.000 cadistas que seguían in situ el partido, así como para que toda una ciudad explotara de júbilo. Fueron 13 minutos mágicos en el que más de uno creyó levitar hasta que un zurriagazo de Roberto Carlos le devolvía a la tierra.
Tras la fiesta vivida en Madrid, el Cádiz volvía a la Copa sólo para confirmar varios aspectos. La calidad que atesora Lobos, la seguridad que aporta Limia, el preocupante decaimiento de Fleurquin y que Oli no debe ser la referencia en la punta de lanza.
Con todo esto, hoy el Cádiz tiene la oportunidad de poner el broche a un mes en el que se ha soñado demasiado. Desde ganar en el Bernabéu a pisar 16 años después las semifinales de Copa. Pero claro, la fiesta será redonda si esta tarde se consiguen tres nuevos puntos a costa de un Racing al que se ganó en la segunda jornada con gol de un desconocido Sesma.
Para ello, Víctor Espárrago no dudará en alinear al equipo que desde el inicio de año se ha ganado la continuidad en Liga a base de juego y resultados. Con la única ausencia de Ramón de Quintana en el eje de la zaga (Espárrago ha vuelto a darle descanso tras chuparse tres partidos consecutivos), el once amarillo será el mismo que el que hace tan sólo una semana rozara la hazaña en Madrid.
Así, Armando ordenará a una defensa formada por Varela, De la Cuesta, Berizzo y Raúl López. Benjamín y Bezares seguirán en el doble pivote mientras que Estoyanoff y Sesma lo harán en las bandas que intentarán asistir a los más adelantados Mirosavljevic y Medina.
Para tener una erizá tranquila y comenzar a trabajarse unos plácidos Carnavales, los de Espárrago deben doblegar a un Racing mermado por las bajas. Hasta ocho. Los cántabros confían en de-volver el 0-1 de ida pese a contar con el sídrome Mágico. Y es que allí no olvidan la eterna sombra del gol del salvadoreño en la 86/87 cada vez que pisan Carranza.