Querido Señor Ladrón
Actualizado: GuardarSSoy la muchacha a la que usted robó el monedero el pasado lunes 23 de enero en la línea 26 de autobuses de Madrid. No recuerdo su cara (ojalá), y supongo que usted tampoco la mía, aunque creo que recordará bien mi bolso, pues fue de él del que usted extrajo el citado monedero. Primero debo agradecerle la sutileza con que lo hizo, puesto que ni me enteré, y así me ahorró usted el disgusto de darle una bofetada o de quedarme como un pasmarote mirándole, que todo puede suceder. También quiero decirle, aunque usted ya lo sabe, que me hizo una gran putada. En el monedero llevaba TODA mi documentación, y unos cuarenta euros, que no me duelen tanto como el maremágnum de papeleo en el que me estoy viendo sumergida estos días.
Quiero informarle de que ya puse la denuncia en la policía, y también de que he anulado la tarjeta del banco. Aunque me temo que usted ya tiene esta segunda información, puesto que en el mismo momento de anularla, ya me informaron de que usted la había utilizado en una máquina expendedora de bonobuses. También me informaron de que, aunque la anule, hay ciertos sitios (como las máquinas citadas anteriormente y las autopistas) donde las tarjetas anuladas siguen funcionando durante al menos dos meses después del hurto. Claro que en el banco me aseguraron que no me preocupara, que todo me lo cubría el seguro. No es que desconfíe de los bancos, pero debo decirle que procedí inmediatamente a retirar todo el dinero de la cuenta, de manera que si usted se harta de viajar en estos días, no va a ser por cuenta mía.
Antes de despedirme, rogarle por favor que, ya que está denunciado todo, haga un pequeño esfuerzo y deposite mi documentación en un buzón, que no cuesta trabajo. Tómese así mismo unas buenas cervezas a mi salud con los cuarenta euros, y ajolá se achoque en la autopista, que no le pase nada, pero que se pegue un buen susto. Caaaaaaaaabrón.