De la corbata al 'segundazo' del Betis

Jamón, cerveza y manzanilla para recibir a dos ex. Son las dos de la tarde. La apretada agenda de Manuel Chaves ha obligado a citar a sus antecesores en el cargo a la hora del almuerzo y, para mitigar una leve espera en el vestíbulo, se ha preparado un ligero aperitivo. No hay ganas de tapear. Los tres se encierran en el despacho principal de la Casa Rosa, sede del jefe del Gabinete andaluz durante las obras de San Telmo.

Una hora más tarde, los protagonistas vuelven al vestíbulo. Esta vez les toca hablar con los periodistas. Chaves no les acompaña. Un encuentro entre el presente y pasado de la Junta de Andalucía debe dar para mucho.

Rafael Escuredo y José Rodríguez de la Borbolla protagonizan dos intervenciones cargadas de mensajes subliminales para los dirigentes de PA y PP. A los políticos se les juzga por su papel en la historia, y no por su papel en las portadas de los periódicos, dirán.

Uno habla del otro como presidente y nunca como ex presidente. Lo cierto es que no han perdido el tono institucional, el discurso políticamente correcto. Los periodistas, ya sin cámaras ni grabadoras, intentan que lo rompan. El gancho es la corbata de De la Borbolla. Luce una bandera de España, tal vez para demostrar que dicho diseño no es patrimonio exclusivo de los votantes del PP. Confiesa que no es la única que tiene. Luego le toca el turno a otra de sus grandes pasiones: El Real Betis. «Huele a segundazo», afirma, rompiendo la sobriedad anterior. Lo que no rompe es el guión. Ni una palabra más sobre el Estatuto.