¿Miedo a qué?
Actualizado: GuardarAdiós. Y nada de con la cabeza alta. Adiós por la puerta de atrás, sin gloria, con mucha pena. Pena de los miles de aficionados cadistas que habían puesto sus ilusiones en la Copa del Rey. Espárrago decidió no dejarles seguir haciendo cábalas, cortar de raiz sus esperanzas de lograr algo histórico. Desde un punto de vista global, se puede decir que la actuación del Cádiz en el presente torneo copero ha sido casi de sobresaliente. Se ha llegado a cuartos, algo impensable para casi todos a priori, pero es evidente que no ha sido porque el técnico apostara por ello, sino más bien de rebote. En todos los partidos ha puesto a los jugadores que menos contaban para él en la Liga. Lo hizo en Burgos, en Albacete, ante el Sevilla y luego con el Espanyol. Otra cosa es que esos suplentes hayan demostrado que están mejor que los de Chapín.
Y Espárrago lo hizo porque en su orden de prioridades siempre estuvo primero la Liga. En todo momento prefirió no arriesgar cargando de minutos innecesarios a los futbolistas en los que más confiaba. Ese planteamiento es respetable, aunque desde luego un servidor no lo comparte. Y no lo hago porque, tal y como está el calendario, son dos meses los que realmente están cargados de partidos: enero y febrero. Y un equipo de Primera División tiene que estar perfectamente capacitado para aguantar esos dos meses jugando domingos y miércoles. Entre otras cosas para eso tenemos al mejor preparador físico de España ¿o no?
Echen un vistazo si no a la alineación del Madrid ayer. Repitieron ¿nueve! de los que jugaron el sábado en el Bernabéu, mientras que en el Cádiz sólo lo hizo uno. ¿Qué pasa? ¿Que Benjamín, Estoyanoff, Bezares o Medina son más débiles físicamente que Zidane, Cicinho o Robinho? Con el agravante de que buena parte de los actuales titulares del Cádiz se han pasado la primera vuelta prácticamente en blanco, por lo que apenas acumulan minutos.
En fin, entraba dentro de lo posible caer ante el Espanyol, pero lo que de ninguna manera esperaba es que se hiciera por falta de interés, por miedo a arriesgar. Para eso, el año que viene directamente renunciamos a la Copa y aprovechamos los miércoles para jugar amistosos con el Puerto Real o el Chiclana. Así al menos hacemos provincia.