El prestigio, el mejor vendedor de un vino
Más de 60 bodegas de crianza configuran la Denominación de Origen del jerez, la más antigua del país y cuya producción abarca nueve términos municipales
Actualizado: GuardarLa certificación de calidad en un producto como el vino puede ser el trampolín que impulse a unos caldos tan generosos como profundamente desconocidos. Mientras que los productos sin marchamo de calidad reconocida luchan en los mercados a unos precios muy bajos y centran sus objetivos en la pura supervivencia, la adscripción de una bodega y un vino a una denominación de origen o la obtención de sellos como el de «Vino de la Tierra» -otorgado por un reconocimiento histórico del caldo- son las claves para aspirar a lo más alto del mercado vinícola internacional.
A menudo, se habla sobre vinos y brandies de Jerez, manzanillas de Sanlúcar, o vinos de la Tierra de Cádiz, pero en numerosas ocasiones no se sabe con exactitud qué significa que un vino salga a los mercados con uno de estos sellos.
Según la Ley del Vino y de la Viña, publicada en 2003, se pueden mencionar seis niveles en la certificación de calidad: vinos de mesa con derecho a la mención tradicional, vinos de la Tierra; vinos de calidad con indicación geográfica, vinos de calidad con denominación de origen, vinos con denominación de origen calificada y los supremos vinos de pago.
Los caldos con más prestigio de Cádiz, los de Jerez, se encuentran en ese escalón intermedio de las certificaciones. A pesar de ello, este sello de calidad se encuentra entre los que gozan de mayor reconocimiento en el mundo, junto al Burdeos y al Oporto.
Cualidades
A pesar del importante beneficio que reporta una marca de prestigio, para acceder al marchamo jerezano sólo se han de cumplir dos cualidades sencillas pero esenciales: el origen y la calidad. Sobre estas claves giran los requisitos que han de cumplir las bodegas que quieran llevar como tarjeta de presentación por el mundo el nombre de Jerez, la denominación más antigua del país con 83 años de historia y cuya última incorporación ha sido la de Bodegas Valdivia, ubicada en Jerez.
La zona de la denominación de origen gaditana se divide en zona de producción y zona de crianza. El área de producción comprende los términos municipales de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Trebujena, Rota, Chipiona, Puerto Real y Chiclana, en la provincia de Cádiz, además de determinados pagos de Lebrija, en la provincia de Sevilla.
La zona de crianza se restringe bastante más, en concreto, a las poblaciones de Jerez, El Puerto y Sanlúcar para la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry, y sólo a esta última localidad para la D.O. Manzanilla de Sanlúcar. En la mencionada zona, se encuentran inscritas un total de 61 bodegas de crianza y expedición, que se dedican a las actividades de crianza y envejecimiento de vinos. Además, hay otras 19 bodegas cuya única actividad es la de crianza y envejecimiento de vinos de Jerez para su posterior venta a una bodega de expedición. Sólo el vino procedente de la zona de crianza tiene derecho al uso de la denominación de Jerez. Por otro lado, las bodegas de producción se ubican en el resto de los municipios, y sus vinos pueden ser transferidos a la zona de crianza para su posterior envejecimiento.
Cómo se accede
Cuando una bodega quiere inscribirse dentro de la D.O., el Consejo le exige que acredite su ubicación, tanto de la bodega en sí como de las viñas de las que procede el caldo. Además, pide datos sobre las existencias de la empresa, como número de botas (500 litros como mínimo), cifras de producción y capacidad. El control llega hasta el número de botas de roble americano que posee la firma para la crianza de los litros de vino aportados. Cuando la compañía aspirante entrega la documentación, el Consejo pasa a auditar las instalaciones.
Control de operaciones
Otra de las funciones que aseguran la calidad de los caldos generosos de Jerez es el control de las operaciones entre las bodegas de la denominación. Debido al sistema de crianza, a través de criaderas y soleras, las adquisiciones de botas con soleras tienen vital importancia, ya que cada tonel guarda un auténtico tesoro vinícola que puede sobrepasar los cien años de antigüedad. El Consejo se encarga de supervisar la calidad y la edad de los vinos «traspasados», de tal forma que el patrimonio quede asegurado.