Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizActualidad
Sociedad

Una encíclica con intriga

El primer gran documento de Benedicto XVI verá la luz mañana tras retrasos y una 'guerra' de traductores

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ/ROMA
Actualizado:

Pese a todos los momentos y gestos iniciales de Benedicto XVI que se han venido analizando, aún le falta uno de los más importantes: la primera encíclica. Este documento, una carta que se dirige a todos los fieles, es el más relevante que escribe un pontífice y al ser el primero cobra todavía más valor, porque marca el rumbo que seguirá. Ratzinger presentará mañana su encíclica Deus caritas est («Dios es amor»), pero la misma gestación del texto, que parece haber sido bastante ardua, ha aportado ya algunas claves interesantes.

Para empezar, el anuncio de la fecha de publicación que hizo Benedicto XVI el miércoles es un episodio sin precedentes. En plena audiencia general se salió del guión para dar la noticia e incluso avanzar un comentario. Nunca antes un Papa había comunicado en persona la promulgación de una encíclica. Puede parecer irrelevante, pero la lectura es que Ratzinger se saltó la maquinaria vaticana y su improvisación pilló por sorpresa a la Santa Sede.

«Este gesto muestra su interés en tener una relación directa con los fieles sin pasar por los filtros organizativos del Vaticano», opina el especialista Giancarlo Zizola. De una reforma de la burocracia de la Curia se habla desde hace meses, pero Benedicto XVI aún no ha dado pasos en esta dirección. En realidad, muchas previsiones sobre este Papa se están equivocando, porque no dice nada a su colaboradores. Es muy reservado y las cadenas de murmuraciones están secas .

Dos textos distintos

La fecha de la encíclica era un misterio que se arrastraba desde hace más de un mes. Se esperaba para el 8 de diciembre, luego para Navidad, Epifanía y al final, para enero. Se daba por hecho que sería presentada este pasado viernes e incluso la revista Famiglia cristiana, la más importante publicación católica italiana, había anunciado que regalaría el documento en su edición del día 25, proyecto que ha quedado aplazado. Lo que ha ocurrido es que a última hora ha habido otro retraso imprevisto y el texto no llegó a imprenta hasta el lunes.

El secreto de estos extraños trompicones parece ser una guerra de traductores, según el diario Il Giornale, que ha desentrañado la génesis del documento.

La encíclica estaría formada por dos textos: uno de Ratzinger sobre el amor y un segundo que recupera un borrador encargado por Wojtyla sobre la caridad. La Congregación para la Doctrina de la Fe ha trabajado para dar unidad al texto y ha propuesto correcciones, pero además hubo diferencias entre los traductores.

El Papa ha escrito la encíclica en alemán, luego se ha traducido al latín y finalmente a las lenguas oficiales de la Santa Sede. La oficina encargada de los discursos del Papa, cuya traductora de alemán es la secretaria de Ratzinger, Ingrid Stampa, habría desaprobado por no ser «suficientemente preciso» un primer borrador de la sección alemana de la secretaría de Estado. Al final, llegó el acuerdo.