Apuntes

Alborozo estatutario

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El Gobierno de la Nación no puede disimular su legítimo alborozo ante el logro del acuerdo de principio conseguido con las fuerzas del llamado cuatripartito catalán -con las poco relevantes reservas retóricas y estratégicas de ERC- sobre el Estatuto de Cataluña, con lo que se orienta pacíficamente la reforma territorial que el PSOE llevaba en su programa electoral. En otro sentido, todos los demócratas tenemos también cierto derecho a congratularnos por la evidencia de que, finalmente, el nacionalismo periférico catalán, que pareció insensato y extremado en su soberanismo, se ha avenido a razones, ha aceptado paladinamente el marco constitucional y ha optado por un reconfortante posibilismo que permite alentar horizontes de estabilidad y prosperidad. Una vez constatado que es posible la modernización armónica, simétrica y constitucional del Estado de las Autonomías, la tensión política debería ceder.