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Crecer

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Yo no soy doctor en nutrición infantil ni nada por el estilo, pero vamos, desde siempre he escuchado que se debe crecer de forma escalonada. El saltarse cualquier etapa del crecimiento puede crear unos traumas o unos defectos irreversibles. Quizás uno de los males de la juventud de ahora sea precisamente eso, ahora pasan de pedir el barco de famobil a un móvil sin pasar por juegos intermedios. Pasan de niños o niñas a hombres o mujeres sin haber jugado nunca en la calle al contra o al elástico. Una pena. Se han perdido una parte de su vida, que es la que les va a marcar para siempre.

Pues algo así es lo que ha estado a punto de pasarle al Cádiz. De ser un pequeño que vivía en el limbo de la Segunda B, queríamos que en tres años fuéramos un equipo adulto paseándonos de copas por Europa. Y, aunque suene bonito, creo que no sería bueno. Hay multitud de ejemplos de equipos pequeños que al querer crecer de forma acelerada lo pagaron muy caro y cargaron con trampas, deudas y vicios el resto de su vida.

Los dirigentes de este club no pararon de repetirnos que habíamos ascendido un año antes de lo esperado. Bueno, eso no es demasiado preocupante, es como un niño que cuando cogía el sarampión, al levantarse de la cama, había dado un estirón y le había cambiado la voz. Pero de ahí a creer que ya somos grandes va un mundo. El Cádiz está en pleno proceso de crecimiento, y hay que hacerlo poco a poco pero sin pausa. Estamos en la etapa de consolidarnos y, si es posible, perpetuarnos en la Primera División. Es una etapa peligrosa pero bonita, cada triunfo es como una pelusilla que nos sale en el bigote. Todos los niños sueñan con ser grandes, pero hay que saber despertarse a tiempo para que no se convierta en una pesadilla. Por eso lo de la Copa no es un fracaso, lo de Europa ya llegará, ahora solo tenemos que preocuparnos de crecer, ser lo más fuerte y más grande posible, que ya nos saldrán los pelos en los ...